1. El cuarto prohibido de mamá - 06


    Fecha: 25/06/2025, Categorías: Incesto Autor: Barbara Lopez Rucci, Fuente: TodoRelatos

    ... que te sentiste atraída por mi?
    
    Beatriz tragó otro sorbo del licor. Ahora bebía más despacio, y con más cautela. Arqueo una ceja y volvió a sonreír tras el relato que pareció despertar su curiosidad.
    
    —Soy tu madre… no te olvides de eso.
    
    —Ah… tú puedes preguntar y yo no…
    
    —Cuando seas madre, tendrás esos privilegios —se burló—. Vamos, termínate el vaso monaguillo…
    
    Aún quedaba bastante para terminar, y Julián no permitió que la presión de Beatriz lo dominara. Continuó bebiendo de a sorbos pequeños, aun sin sentir ni el más diminuto efecto del alcohol.
    
    —Pero al menos tienes que responderme alguna pregunta, ¿no te parece?
    
    Beatriz elevó el índice de la mano derecha, sin decir más. Solo una pregunta iba a ser respondida.
    
    —¿Cuál es tu mayor fantasía sexual? —preguntó Julián, sin pensarlo a pesar de que la pregunta no había sido preparada.
    
    La velocidad de la forma de beber volvió a cambiar. Beatriz vació el vaso, y esta vez Julián fue quien lo cargó de nuevo, antes de agregar un poco al suyo, que apenas había perdido la mitad de la primera carga.
    
    —Sexo anal —respondió Beatriz, y se ruborizó tanto que Julián sintió ternura.
    
    Esperaba, por algún motivo, esa respuesta. A pesar de que su madre solo había mostrado fijación por eso una vez, en la noche de ese supuesto accidente.
    
    —Bueno ahora dime la tuya —dijo Beatriz.
    
    —Practicarle sexo anal a una monja —respondió Julián sin más.
    
    Beatriz comenzó a carcajearse sin parar, hasta que los ojos le lloraron ...
    ... y su risa le fue contagiada a Julián. Sin embargo, aunque parecía chiste, algo de verdad había en esas palabras. El pene de Julián ya estaba duro, tanto como los pezones de su madre que se marcaban a través del pijama rojo.
    
    En medio de la carcajada, algo del licor se había derramado por una de las comisuras de Beatriz, que no parecía haberlo notado. Julián estiró el brazo y con su dedo arrastró esa chocolatosa gota hacia los labios de su madre, que se separaron un poco y lo dejaron entrar. Sin embargo, aunque no se oponía, la otro lado los dientes detenían el acceso a su lengua.
    
    —¿En eso piensas cuando te masturbas? —preguntó Beatriz.
    
    Julián asintió.
    
    —Pienso en mi semen derramándose desde el ano de esa monja —aseguró— ¿tu en que piensas cuando te masturbas?
    
    Los primeros síntomas de la bebida comenzaron a sentirse en Julián, solo un poco. Algo de cosquilleo en los dedos y un mareo demasiado leve, sobre todo en comparación al de su madre, que usó las manos para ponerse de pie.
    
    —Esa amiga tuya, Barbara, no envió solo juguetes…
    
    No recordaba que había enviado, más que los dos juguetes y el lubricante.
    
    —Aguárdame un momento —dijo Beatriz y se retiró de la cocina, aun aferrada a su vaso de Baileys.
    
    Julián continuó bebiendo, no por el deseo de alcoholizarse, sino por el agradable sabor de la dulce bebida y porque de otra forma la impaciencia iba a vencerlo. Pasaron unos cinco minutos hasta que su madre gritó desde el cuarto prohibido.
    
    —¡Amor! —gritó, de ...
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