El cuarto prohibido de mamá - 06
Fecha: 25/06/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Barbara Lopez Rucci, Fuente: TodoRelatos
... tetas, y al movimiento en dirección a la mesa de luz, cuyo motivo solo podía ser uno. El cajón se abrió y Beatriz tomó el gran dildo blanco. En el momento en que se quitó sus bragas, Julián hizo lo mismo con su bóxer. Y al tiempo en que ella dio la húmeda lamida al plástico blanco, Julián llevó su propia saliva a la punta de su pene.
Un gemido más fuerte se escuchó cuando el dildo se abrió paso en Beatriz. Sentado allí, Julián no podía ver bien. Se arrodilló y ocultó a su madre la vista del televisor, para solo dejarse ver a su mismo y a su masturbación. Las piernas de ella estaban abiertas, y mientras el juguete se introducía una y otra vez en sus entrañas. Mientras tanto Julián solo buscaba mantener un ritmo que no lo llevara acabar tan pronto.
Por segunda vez, Beatriz intentó llevar el juguete a la boca, directo desde la vagina. Pero esta vez no lo consiguió, porque Julián atrapó su mano. Atrajo a su propia boca el dildo, y le dio una larga lamida en la que sitió ese sabor entre salado y acido del flujo de su madre. Dejó caer saliva en él, y entonces el juguete volvió a bajar a la intimidad de la madre.
—Tu concha es muy rica, mami.
Beatriz pareció convulsionar con esas palabras. Sus gemidos se intensificaron, y el movimiento del juguete fue tan veloz y fuerte, que Julián pensó que se lastimaría. Se escuchaba ese chapoteo entre las exhalaciones de su madre, que abría las piernas hasta el límite que sus músculos y tendones permitían. Finalmente, ella soltó un ...
... grito contenido su propia mano y, al sacar violentamente el pene de goma, varias gotas de flujo, o quizá orina, salpicaron el pene y el vientre de Julián.
En ese momento, Julián también llegó al final, mientras veía a Beatriz retorcerse de placer. El semen brotaba de su pene, retenido en su mano ahora enchastrada en blanco y pegajosa. Se tendió junto a su madre y, ahora complacido y satisfecho, contempló la pantalla. Tras el final, el pene del joven era retirado lentamente por el ano de la mujer, a través del cual podía verse ese cárnico interior. Ella hizo un poco de fuerza y el semen comenzó a brotar de su orificio.
—Mira ma —dijo Julián.
Beatriz abrió los ojos y miro la pantalla. El liquido blanco brotaba del agujero y pasaba por la vagina de la mujer madura, atascándose en los enrulados vellos marrones.
Solo por curiosidad, y no tanto por deseo, Julián aparató la mano de su pene, conteniendo todo el semen que había salido. Acercó esa mano a su madre y unas cuantas gotas se derramaron en su pecho, su ropa y su vientre. Y cuando lo acercó lo suficiente al rostro, ella sacó la lengua y lamió sin reparos. Cada centímetro de piel, cada dedo, la palma y el dorso. Todo el semen se pegaba a su lengua, a sus labios, mentón y mejilla, y cuando quedó muy limpia Julián la vio tragar.
—Saca la lengua —le ordenó, como si fuese su dueño.
Beatriz hizo caso. La lengua estaba limpia, solo mojada por la saliva. Algo de semen se había derramado en su mentón, pero Julián se ...