Amor inesperado de una joven casada
Fecha: 27/06/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos
... entre gemidos – Dame tus bragas, por favor – me pidió casi suplicando.
Sin dejar de lamer cada rincón de su coño, hice lo que me pidió y le di mis bragas. Me excitó verla llevándolas hacía su cara y como las olía con cara de placer.
- Te gusta oler mis bragas? – le pregunté entre besos a sus pétalos vaginales.
- Si, me gusta – me dijo jadeando.
- Me gusta verte oliéndolas – abrí su sexo con mis dedos – Voy a oler tu coño.
Creo que nunca en mi vida estuve tan cachonda como en ese momento. Y, por lo que me decía, ella tampoco. Aquella mañana nos dijimos cosas inimaginables que ni con mi marido había dicho.
Le pedí, entre otras cosas, que me oliera el coño directamente, que me lo comiera, que quería correrme en su boca y se tragara todo. Le dije que me ponía cachonda cada vez que pensaba en ella, que me mordiera las tetas…
Ella, por su parte, me dijo que deseaba comerme el coño a todas horas, me pidió que le dejara comerme el culo, cosa que acepté y me volvió loca, me pidió que la follara con mi coño y que deseaba sentir mis chorros sobre el suyo.
Estábamos cachondas, desatadas, fuera de nosotras.
Todo aquello que nos pedimos, lo hicimos.
La cama parecía un campo de batalla toda en desorden, mojada por nuestros orgasmos. Nosotras, tumbadas sobre ella, abrazadas, besándonos como una pareja cualquiera mientras hablábamos.
- Por favor – me dijo besándome – No vuelvas a desaparecer.
- No desapareceré – la besé – Tienes razón y no podemos huir de ...
... lo que nos pasa.
- Será nuestro secreto. Ni Eduardo, ni Javier, tienen por qué enterarse de esto.
- Te da vergüenza que tú marido se entere? – le pregunté.
- Si, no creo que entendiera que me excite tanto una mujer.
- Pero el domingo por la mañana nos vio abrazadas en la cama desnudas.
- Si y me preguntó por eso. Le dije que estabas muy confundida por lo de irte con él y habíamos estado hablando.
- Y te creyó?
- Si. Toda la vida le dije que no entendía que hubiera mujeres que desearan a otras mujeres – se quedó pensativa – Y ya ves… Toda la vida pensando eso y ahora siento que deseo a una mujer mas que a nadie.
- Más que a tu marido? – le pregunté sorprendida.
- No te asustes pero si, cielo. No me preguntes por qué. Quizás sea por tu ternura, por morbo, curiosidad…No sé, pero el sexo contigo es alucinante y me vuelve loca.
- Te entiendo – le dije – A mi me pasa lo mismo. El sexo con mi Javier me encanta, incluso me encantó estar con tu marido y me dio mucho placer, pero contigo es distinto.
- Cariño tengo que preguntarte una cosa… - me dijo.
- Dime.
- Volverías a estar con Eduardo?
- Menuda pregunta… - le contesté – Como te acabo de decir me encantó estar con él y hay cosas que me sorprendieron.
- Como cuales?
- Uf, a ver… Me dio morbo su cuerpo, se que puede parecer raro al ser tan mayor pero que tenga tanto vello me dio morbo. También sus testículos que sean tan grandes – me daba vergüenza decir esas cosas de un hombre a ella, ...