Amor inesperado de una joven casada
Fecha: 27/06/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos
... aquel chorro con fuerza. Gritó y se mordió la mano.
Se puede sentir ternura por un coño? Pues yo la sentí en ese momento al verlo tan agitado y expulsando aquellos chorros y, sin pensarlo, acerqué mi boca para besarlo, para lamerlo, en definitiva para llenarlo de mimos. Y me fascinó sentir que su coño no se sintió cohibido con mi boca pegada a él y regó mi boca, mi barbilla, incluso mi lengua, con un último chorro cálido que dejé que se deslizara por mi garganta.
Si ella estaba sorprendida y avergonzada, yo lo estaba igual o más. Ella por haberse corrido de esa forma y yo por sentir que había buscado que ese chorro terminara en mi boca. Nos miramos y nos comenzamos a reír a carcajadas por la locura que acabábamos de hacer.
- Sabe rico – le dije relamiéndome entre risas.
- El tuyo también – me respondió.
- Quieres decir, que?... – le pregunté asombrada.
- Si, cuando te corriste la ultima vez, abrí un poco la boca – me confesó.
- Serás… - me abalancé sobre ella y la abracé fuerte – Dios, no me puedo creer esto.
Antes de marcharse, decidimos darnos una ducha juntas. No pudimos resistirnos a la tentación de terminar masturbándonos una a la otra al estar excitadas después de enjabonarnos mutuamente.
Se fue antes de que llegara su marido a casa y comprendí que, a pesar de toda la confianza que tenía con él, prefería que no supiera nada de lo que acababa de ocurrir.
Cuando me metí en cama caí rendida, había sido un fin de semana lleno de emociones y ...
... estaba agotada tanto física como mentalmente.
Por la mañana me di de bruces con la realidad y no podía asimilar que estando casada hubiera sido capaz de entregarme de esa manera a mis vecinos.
Tanta era mi sensación de culpabilidad que estuve tentada de llamar a Javier, contarle todo lo que había pasado y pedirle perdón por haber caído en brazos de otras personas que no eran los suyos. No, no podía decírselo por teléfono y hacerle pasar por ese mal trago estando a miles de kilómetros. Se lo diría cuando volviera dentro de tres meses.
Me sentía desolada y, llorando, recordaba cuando Javier me había dicho que lo habían elegido como enlace de la unión europea en Senegal y que aquella misión duraría seis meses. Llevaba mucho tiempo preparándose para ese puesto y en aquel momento me sentí feliz por él.
Ni me imaginaba que el tiempo podía hacerse tan lento con su ausencia. Llevaba tres meses fuera y me parecía una eternidad y lo peor de todo era que aún faltaba el mismo tiempo para su regreso.
Ese día cambié mi horario de bajar a hacer la compra. No me apetecía encontrarme con Carmen en el supermercado. Después de hacer la compra me fui para casa y no salí de ella en todo el día.
Por la noche me costó dormirme y a cada momento pensaba en ella. Sentía que esa mujer se había instalado en mi cabeza y recordaba cada cosa que habíamos hecho, su voz retumbaba en mi mente, su olor. Maldiciendo mi debilidad me tuve que masturbar y por primera vez en mi vida lo hice pensando ...