El sueño de Martha
Fecha: 01/07/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos
... se acomodó bien junto a él y, luego de escupirle, se lo metió entero a la boca. Lo mamó un par de veces antes de dar la primera arcada y luego se entretuvo con su glande. Aunque la habitación estaba casi completamente oscura, alcanzaba a distinguir muy bien como la boca de su hermana engullía sin reparo la dura herramienta de su hijo. Su boca subía y bajaba al mismo tiempo que lo masturbaba con las dos manos. Benjamín le tocaba la cara y le acariciaba el cabello cuando tenía la polla totalmente dentro de su boca. El último orgasmo había dejado exhausta a Martha, pero no quería perderse de nada, y aunque estaba ciertamente horrorizada por todo aquello, el morbo la carcomía por dentro, esperando poder atestiguar su próximo encuentro. Se detuvo en su clítoris un momento mientras veía a su hermana quitarle hasta el último rastro de semen al pene de su hijo, cosa que logro al cabo de unos minutos.
—Déjame quedarme hoy, mamá, ándale. —Le dijo Benjamín acariciando el brazo de su madre, que se limpiaba la cara y probablemente los restos de semen que tenía en la barbilla. Nuevamente le dijo algo ininteligible y se levantó. Martha se acomodó rápidamente el panty que había quedado en el suelo sin darse cuenta y se dispuso a regresar a ...
... su habitación.
<<Ahí está tu tía, claro que no>> fue lo último que le escuchó decir antes de regresar a su habitación y meterse a la cama. La cabeza le daba vueltas y el último orgasmo le había dejado una punzada en la sien. Tenía mucho que no se corría de esa manera, ni siquiera con su esposo, y quería sentirlo nuevamente. <<¿Cuánto tiempo tienen haciéndolo?>> Se preguntó nuevamente y como acto reflejo, deslizó su mano dentro de su pantaleta. Cerró los ojos e imagino los brazos de su sobrino y el culo de su hermana subir y bajar sobre el juvenil mástil de Benjamín; tenía los gemidos y resoplidos de ambos dando vueltas en su cabeza. Acariciaba con fuerza su clítoris imaginando a su sobrino sobre ella, taladrándola sin piedad como a su madre, y cuando hundió los dedos en su vagina, imaginó besar a Constanza mientras su sobrino la penetraba por detrás. Aquella imagen la hizo despabilarse y detuvo el movimiento de su mano un segundo. Recordó aquella vez, siendo mucho más jóvenes, cómo jugaban a “practicar” el cómo besar. Y su mente la llevó de estar escondidas en un armario, a estar los tres en una habitación de hotel, ella besando a su hermana mientras su sobrino se turnaba para penetrarlas. Algo se había despertado en ella.