1. El sueño de Martha


    Fecha: 01/07/2025, Categorías: Incesto Autor: ElFantasmaRojo, Fuente: TodoRelatos

    1.
    
    —¿Te falta mucho? —preguntó Constanza besándole el cuello.
    
    —Es que no puedo con condón... siempre tardo más. ¿Me lo quito? —Benjamín detuvo bruscamente las arremetidas y se separó un poco de ella. Constanza sopesó la pregunta de su joven su amante y se quitó el sudor con la mano.
    
    —Ya te dije que no me gusta que lo hagas sin condón.
    
    —Si te gusta —, respondió devolviéndole los besos en el cuello —ándale, así nos tardamos menos. —Constanza odiaba que la chantajeara de esa manera, aunque por otro lado, le encantaba sentir su virilidad a pelo.
    
    —Si no terminas en 10 minutos nos vamos a ir así, y quién sabe hasta cuándo volvamos a hacerlo. —Benjamín se incorporó rápidamente y se quitó el preservativo, arrojándolo a la papelera que estaba junto a la cama. Le pasó el pene a lo largo de la raja varias veces, sobándole el clítoris con el glande. Constanza cerró los ojos y se acarició sus enormes pechos, algo molesta por la manera como la podía manipular tan fácilmente, pero ¿cómo decirle que no? Y sobre todo, ¿cómo resistirse a semejante herramienta? —Métemela,Benji, deja de jugar.
    
    Le agarró las tetas con firmeza y le clavó la verga hasta el fondo. Constanza gimió fuertemente, arqueando la espalda. Ciertamente, Benjamín estaba mejor dotado que su esposo, por lo que cada sensación era mil veces más placentera. Además, la manera como la penetraba y la cambiaba de posición súbitamente la volvían loca, tornando casi cada encuentro en una maravillosa “primera vez”. Sus ...
    ... movimientos eran firmes y con cada empujón llegaba un poco más adentro de su madura vagina; jamás imaginó que sería el deseo más ardiente alguien tan joven. Sus tetas bailaban al compás de sus empujones y los gemidos se hacían más intensos cada vez.
    
    —¡No te corras dentro! —gimió Constanza cuando aumentó el ritmo —Córrete afuera, amor, por favor… —Él no dijo nada y después de un par de arremetidas más, sacó el pene justo a tiempo para eyacular abundantemente en su vientre y parte del ombligo. Constanza levantó la cabeza para ver como su amante “exprimía” con la mano los últimos chorros de semen que fueron a parar a su monte de venus. —¡Pero si no aguantaste nada! —Exclamó entre risas, y apenas terminó la frase cuando Benjamín introdujo dos dedos en su vagina y comenzó a penetrarla. Ella gimió con la boca abierta y se detuvo de la cabecera de la cama. Se recostó junto a ella y la besó mientras movía los dedos como gancho, acariciando su clítoris con el pulgar. No pasaron ni 2 minutos, cuando le apartó la mano bruscamente para correrse, arqueando la cintura; fue un orgasmo violento y prolongado. Benjamín la besó nuevamente y se quedaron un rato así, acariciándose, con la ternura de dos amantes que apenas conocen su cuerpo.
    
    —¿Ya te tienes que ir, verdad? —preguntó sobándole los pezones, que no habían perdido su dureza.
    
    —Desde hace rato, jovencito —le dio un beso en la mejilla y se levantó de la cama de un salto. Recogió su ropa interior y fue corriendo de puntillas al ...
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