GINA: LA HISTORIA Cuarta parte - Relatos Eróticos

GINA: LA HISTORIA Cuarta parte

... dos botellas de vino de mesa, y algunas botanas. Llegamos a casa y le dije que en lo que preparaba la comida, me sirviera un vodka con jugo de naranja y que él se sirviera lo que quisiera. Preparé un rico asado de filete y en lo que se cocinaba, acompañé a Manuel en la sala y brindamos por nuestra nueva etapa en la vida, y por que no tuviéramos desavenencias. Con la comida nos terminamos las dos botellas de vino y seguimos brindando con cognac hasta que se terminó. Nosotros terminamos dormidos en el sofá de lo ebrios que estábamos.

Me despertó de mi sopor alcohólico la sensación de que algo no andaba bien, pues sentía una opresión en mi pecho. Me sorprendí al ver a Manuel abrazado a mí recargada su cabeza en mi hombro. Yo lo dejé estar pues creí que por su borrachera me confundía con alguien, tal vez su mamá.

Pero lo acabó desconcertándome fue un beso que me dio en la mejilla, así que lo traté de separar de mí de una manera delicada. Al ir separándolo, quedamos frente a frente y me plantó un beso en la boca, que yo traté de evitar, pero era tanta su fuerza que terminamos tendidos en el sofá, él arriba de mí, besándome apasionadamente. Sus manos recorrían mi espalda de arriba abajo y su abrazo se estrechaba más alrededor de mi cuerpo. Se fue abriendo paso hasta quedar sus piernas entre las mías, lo que hizo que sintiera la dureza de su verga en mi entrepierna. Mi situación era confusa, pues no lo veía yo como un compañero sexual idóneo, aparte que no me encontraba con ...

... ánimos de restablecer una relación de pareja, ni con él ni con nadie, así que lo aparté con brusquedad y le pedí que se comportara, pues de otra forma lo echaría de mi casa. Se me quedó viendo fijamente y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, me pidió que lo perdonara y se retiró a su cuarto. Poco tiempo después escuché el sonido clásico del vómito, y como se prolongó me asome a ver si no necesitaba ayuda. Lo encontré en la típica posición del borracho vomitante: abrazado al excusado. Fui a la cocina por un agua mineral y dos alka-seltzer y se los llevé. Lo obligué a que se los tomara y lo limpié y llevé a su cama. Sin hacer ningún comentario, me salí y me fui a mi cuarto a dormir.

Por la mañana del día siguiente (domingo), me levanté y preparé un desayuno para crudos: chilaquiles picosos, frijoles fritos, jugo de naranja y café.

Lo llamé para que fuera a desayunar y como tardaba lo fui a buscar a su recámara, donde lo encontré en el baño otra vez devolviendo el estómago. Como pudo, me dijo que se sentía muy mal y que no tenía deseos de comer nada. Fui a traerle un vaso de jugo e hice que se lo tomara a pequeños tragos. Esto le cayó bien y dejó de vomitar. Me pidió que lo dejara seguir acostado pues se sentía mareado. Lo encaminé a su cama y le ayudé a acostarse al tiempo que le decía que tratara de dormir un poco para ver si se recuperaba, y que si seguía mal lo llevaría a la clínica para que le inyectaran suero. Me estaba levantando para dejarlo solo cuando me tomó ...