1. El sexo en el Amazonas


    Fecha: 19/07/2025, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30

    ... dijo que iba a pasar la noche conmigo. Yo me sorprendí bastante ante eso, sin entender muy bien a lo que se debía, pero el guía me dijo que no la rechazara, porque ellos lo considerarían como una ofensa y ante mi extrañeza, siguió diciéndome que podía hacer lo que quisiera con ella, incluso tener sexo.
    
    El atractivo físico de estos indígenas no suele adaptarse al canon de belleza establecido por nuestra cultura, ya que son de estatura baja, piel cobriza y tanto los hombres como las mujeres parecen envejecer bastante pronto, por lo que sólo muestran esa belleza que pueda atraer a los hombres occidentales, las adolescentes y niñas que se desarrollan precozmente.
    
    A mí, dentro de mis gustos femeninos, nunca me habían atraído especialmente las jovencitas y quizás sólo me habría fijado por la calle en alguna adolescente especialmente llamativa vestida provocativamente, pero en aquél lugar apartado de todo, aquella niña-mujer desnuda que me ofrecían, de la que me veía incapaz de adivinar su edad, aunque podría andar sobre los 13 años, me pareció especialmente bella, y a pesar de que pasaría la noche con ella con libertad para hacer lo que quisiera, en principio ni se me pasó por la cabeza que pudiera haber algo sexual entre nosotros.
    
    Nos acostamos en una especie de lecho de hierbas, que resultó bastante cómodo para dormir y al poco rato, sentí como ella se pegaba a mi cuerpo también semidesnudo a causa del pegajoso calor que había en esa zona, abrazándome y haciéndome ...
    ... sentir su piel caliente y sus formas de mujer sobre el mío, lo que provocó mi inmediata erección para alegría de ella, que mostró su satisfacción por el efecto conseguido en mí.
    
    En ese momento, yo no sabía muy bien que hacer, si dejarme llevar por esas sensuales sensaciones, quizás también provocadas por una especie de infusión de hierbas que me dieron para cenar y que solían tomar todos los hombres para tener una ardiente noche con las varias esposas que tenían a su disposición y poder satisfacerlas a todas, o dejar que se impusiera la razón y mi sentido de la moral, anulando el deseo que estaba sintiendo por ese cuerpo que yo veía como el de una niña, pero dotada de unos turgentes pechos, un carnoso culito y una carita que no había perdido todavía esa belleza que pronto se marchitaría debido a las duras condiciones de vida que tenían.
    
    El caso es que antes de que mi conciencia pudiera tomar una decisión, la chica ya había empezado a dar los primeros lametones a mi pene, que lo sentía más hinchado que nunca y veía como ella lo disfrutaba, girando con agilidad su cuerpo sobre mí para poner su coño al alcance de mi boca, lo que me permitió saborear la jugosa vagina de una adolescente, algo inimaginable para mí hasta ese momento.
    
    Ella tenía una curiosa forma de chupar una polla, pero igualmente era placentero para mí y podría haberme corrido perfectamente en su boca, algo que solo de pensarlo casi dispara mi semen, porque mi esposa pocas veces me había permitido hacer algo ...
«1234...12»