El sexo en el Amazonas
Fecha: 19/07/2025,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... si se notaba ese paso del tiempo acelerado por ella. Tenía unos grandes pechos que le colgaban, pero con unos gruesos pezones oscuros que me llamaron la atención.
Luego, fijándome en su cuerpo, me di cuenta de que estaba embarazada, algo no tan extraño entre las mujeres del poblado, y eso alimentó mi morbo por follar con ella. Ella se montó sobre mí y me ofreció sus pechos, invitándome a sorber la leche que ella misma se sacaba.
La situación era extrañamente morbosa para mí, con esa mujer sobre mí dándome de mamar apretándome entre sus tetas mientras le movía el culo sobre mi polla, por lo que no tardé en correrme, quizás antes de lo que hubiera querido, pero esa mujer sabía cómo exprimirme con esa sabiduría de las muchas noches de sexo tenidas ya con su marido y otros hombres del poblado y supongo que con el aprendizaje extra de otros trabajadores como yo, a los que hospedaban entre ellos.
La verdad es que yo, con esas hierbas que me daban todas las noches, me sentía como nunca en el aspecto sexual, pero en este caso, ella se movía sobre mí, como seguramente le habrían enseñado otros hombres como yo con los que pudo follar, consiguiendo disfrutar de esta mujer que me hizo correrme en varias ocasiones, a la vez que ella también llegaba a esos orgasmos, a los que parecía ser que no estaba tan acostumbrada con los hombres del lugar, según lo que me había comentado el guía.
Así fueron pasando varias noches más, con la compañía de otras tantas chicas jovencitas de ...
... todas clases, tetonas, con poco pecho, delgadas, gorditas y alguna adulta también, que aprovechaba la noche para colarse en mi cabaña, y aunque como decía antes, no todas eran especialmente agraciadas, en medio de la selva y en esas condiciones, todas eran bienvenidas, ya que además, para poder seguir teniendo sexo con las crías, intentaba atenderlas igualmente.
Yo les preguntaba si a sus maridos no les importaba que ellas fueran conmigo, a lo que me respondían, que no, que ellos no tenían ese concepto de “propiedad sexual” que tenemos nosotros y que en muchas ocasiones, los hombres cedían a sus mujeres a otros hombres del poblado que no tenían esposa, o que habían muerto, y a chicos jovencitos sin experiencia para que pudieran disfrutar del sexo, siendo para ellos una costumbre habitual, porque lo disfrutaban en sociedad.
Una noche apareció una mujer con una niña que supuse que sería su hija, algo menor que las otras de los días anteriores, ya que me pareció que podría tener sobre los 10 años, lo que me extrañó un poco, porque aunque otras veces habían venido dos chicas jovencitas, era la primera vez que venía una mujer mayor con una niña.
En ese tiempo ya iba comprendiendo un poco sus costumbres sexuales y cuando la mujer me dijo que se había quedado viuda hace poco con esa niña, me imaginé que lo que quería era que su hija nos viera como teníamos sexo, algo que habitualmente estaría viendo si su padre siguiera con ellas, así que me puse con ella mientras la niña nos ...