El sexo en el Amazonas
Fecha: 19/07/2025,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... aunque hasta ahora no me hubiera fijado mucho en ellas sexualmente, pero me daba cuenta del privilegio que estaba teniendo en esos momentos, por lo que me dispuse a disfrutarla como el auténtico manjar que supondría para cualquier otro hombre.
En mi interior, me preguntaba cuántos hombres habrían ido a esa casa para follársela y desde cuándo, pero eso no me importaba ahora, era yo el que estaba con ella y la erección de mi polla me indicaba lo excitado que estaba en ese momento, así que lo primero que hice fue quitarle la poca ropa que tenía y admirar su belleza, acariciándola por todas partes, besándola, pasando mi lengua por sus pezones y dándole pequeños mordiscos en las zonas más carnosas de su cuerpo, deteniéndome expresamente entre sus piernas para saborear un coño que en ese momento me pareció el mejor bocado que había degustado en mi vida, sorbiendo el flujo que iba destilando su vagina, embriagándome con su sabor y haciéndome enloquecer de deseo, teniendo en mi mente el único objetivo de penetrarla y derramar mi semen dentro de ella.
La agarré por la cintura y atrayéndola hacia mí, puse mi pene en esa rajita sonrosada sabiendo que no iba a ser el primero en penetrarla, por lo que no haría falta que lo hiciera con el cuidado de si fuera así y lo único que iba a hacer era disfrutar de ella, de la sensaciones que me proporcionaba tener un cuerpo así a mi disposición y sin miedo, le metí toda la polla hasta que sentí que llegaba al fondo y empecé a deslizarla ...
... adentro y afuera en suaves movimientos al principio, para irlos acelerando después hasta sentir que mi corrida era ya irremediable en el momento en que sus gemidos de hembra caliente eran más intensos, pero mezclándose con los quejidos de la niña que era en realidad.
Quizás porque mi estancia en la selva me había insensibilizado o porque solo la veía como una puta por la que había pagado, simplemente me puse a servirme de ella, sin preguntarme mucho como esa cría se sentía, algo inimaginable para mí tan solo un tiempo atrás.
Al sacarle la polla, le dije que la lamiera para que extrajera los últimos restos de semen que iban saliendo e inicié en su boca los movimientos de una nueva follada que me hizo correrme nuevamente en su interior, como si los efectos de las hierbas de la selva todavía se mantuvieran en mi cuerpo, haciéndome tener ese rendimiento sexual que no recordaba ni de mis tiempos jóvenes.
A pesar de todo, yo veía que la niña realmente estaba disfrutando con todo esto, lo que me hacía sentir menos culpable y por ese motivo y por todo lo demás, mi polla seguía dura y no quise desaprovechar esos momentos, que suponía no volvería a disfrutar en mi vida, una vez de vuelta a casa.
Coloqué a la cría en cuatro, y comprobando como tenía su ano de dilatado, no dudé en intentar metérsela por ahí, para sentirme nuevamente dentro de un culito como ese y volver a tener esas sensaciones inigualables que se experimentan, por lo que tras un primer quejido inicial de la niña, ...