Como nos conocimos - Parte 1 - Relatos Eróticos

Como nos conocimos - Parte 1

... parecida a la que hizo con Rosa. De vez en cuando, salía de aquella habitación iluminada para cambiarme de ropa, y volvíamos a las fotos. Al terminar me invitó a un café y estuvimos hablando más de una hora. Aquel hombre tenía el don de follarme la mente. Al final me dijo que en media hora tenía otra sesión y nos despedimos, no sin antes quedar en quince días para ver el resultado de la sesión.

Pasado los quince días, sobra decir que se me hicieron eternos, me dirigí a su apartamento con un vestido de verano holgado y cortito, con un estampado de flores. Al llegar, nos saludamos, y me mostró las fotos. Eran increíbles, me encantaron. Nos pasamos un buen rato mirando las fotos, escogemos 100, en una segunda ronda, descartamos 50 de esas 100, y al final nos quedamos con 25. Estoy entusiasmada con las fotos, pero tengo en mente ir un paso más allá.

—Max, me encantan las fotos, me parece increíble que hayas captado este lado tan hermoso de mí, no parezco ni yo en las fotos, me veo espléndida, has hecho un trabajo admirable.

—No seas tonta, teniendo una modelo como tú es fácil hacer mi trabajo, sale todo sin esfuerzo. Para mí también ha sido un placer —contesta Max.

—He tenido una idea, pero igual es algo descabellada, quizá queda fuera de tu ámbito de trabajo, no lo sé. Si es así, dímelo.

—Dime.

—Visto el resultado de estas fotos, y aparte de este book, me gustaría hacerme otro tipo de fotos, esta vez de carácter más personal —le suelto.

Max no se inmuta, ...

... pone cara de póquer y no aparta la mirada de mis ojos. No sé si pasan segundos u horas, pero a mí el silencio se me hace eterno, empiezo a sentirme avergonzada de mi propuesta. Al final contesta:

—¿A qué te refieres con fotos de carácter más personal?

Ahora soy yo la que me tomo mi tiempo para pensar la respuesta.

—Si te tengo que decir la verdad, ni yo misma lo tengo muy claro. Una vez he visto el resultado de las fotos, se me ha ocurrido que podría hacerme fotos más íntimas, para mi disfrute, no son para nadie en concreto… —dudo en la respuesta.

—Claro, no hay problema, no sería la primera vez que hago una sesión de fotos de ese tipo. Si quieres acabar de convencerte y salir de dudas, puedes cogerte el tiempo que quieras y me llamas cuando lo tengas claro.

Madre mía, ya me he lanzado y no quiero dejarlo para otro día. Si me lo pienso seguro que me echo atrás. De perdidos al río.

—No, no, lo tengo claro, no quiero pensármelo más, es un impulso que he tenido y quiero hacerlo, cuanto antes mejor.

Max me mira con una media sonrisa en sus labios y me dice que tiene la tarde libre, que si me va bien y no quiero pensármelo, podemos hacerlo ahora mismo.

Ay Dios, me lleno de dudas y me entran sudores fríos. Me siento como una jovencita a la que van a dar su primer beso. No puedo ni quiero echarme atrás.

—¿De acuerdo, pues tú eres el que tiene experiencia, como lo quieres hacer? Soy toda tuya.

—Comenzaremos despacio, y según como vaya evolucionando la ...