1. Un secreto de familia


    Fecha: 23/07/2025, Categorías: Incesto Autor: FantasmaVerde2, Fuente: CuentoRelatos

    Verónica movía sus caderas con fuerza, apoyándose en los brazos de Jorge. Él ya se había corrido y se mantenía rígido sobre ella. Las gotas de sudor caían sobre su cara y lo miraba con una expresión de lascivia, buscando concluir el acto. Sus enormes pechos bailaban de arriba a abajo rozando sus antebrazos. “Ya casi, mi amor, ya casi…” le decía con un hilo de voz acelerando el ritmo. Jorge sintió su ajustado interior empezar a contraerse y se inclinó un poco para ayudarle, reanudando el movimiento de sus caderas nuevamente. “Cógeme así, cógeme así, amor…” vociferó casi con un sonido gutural, y casi al mismo tiempo que Diego bajaba del autobús en la terminal, del otro lado del pueblo, su madre estaba teniendo un intenso orgasmo.
    
    Los últimos estertores de placer se desvanecían poco a poco y estaba disfrutando esa cálida sensación que recorría desde su entrepierna hasta su vientre. Con las piernas temblorosas rodeando su cintura y el pene de su joven amante aún dentro de ella, volvía en sí. ”¿Te gustó?” Le preguntó Jorge tímidamente. Ella cerró los ojos y le dio un largo beso en los labios; no acostumbraban besarse mientras hacían el amor, pero no encontraba la manera de darle una negativa a su pregunta. Él era joven e inexperto, y a pesar de que llevaban un par de meses viviendo como pareja, siempre terminaba antes que ella… y eso le molestaba. “Es cosa de práctica”, se decía a sí misma tan pronto se separaban para asearse.
    
    -¿Podemos repetir en la noche? -le preguntó ...
    ... Jorge poniéndose los pantalones. Verónica se vio en el espejo un momento, bajándose la falda y acomodándose las pantaletas que estaban completamente empapadas.
    
    - No, cariño. Recuerda que hoy llega Diego. Creo que será mejor que dejemos esto por un rato. Por lo menos hasta que se vaya.
    
    - ¡Pero yo…!
    
    - Sin peros. Ya lo habíamos hablado, Jorge – le interrumpió -, además, ya casi llega mi periodo otra vez. Y justo a tiempo. -Jorge la miró apesadumbrado y salió molesto de la habitación.
    
    – ¡No te vayas muy lejos porque vamos a cenar todos juntos!- Escuchó que le gritaba desde el baño. Quiso reprocharle esto último, pero no tenía manera de hacerlo. Desde muy pequeño Jorge odiaba a Diego, no sabía exactamente por qué, pero lo aborrecía. Siempre actuó como su padre y eso le molestaba de sobremanera. Y justo cuando pensaba regresar a la habitación, escuchó abrirse la puerta de enfrente. “¡Ya llegó!” Gritó Verónica y corrió al comedor donde su hijo la esperaba con las brazos abiertos.
    
    Le dio un abrazo muy efusivo y llenó su cara de besos.
    
    - ¿Y tú no me vas a saludar, huevón? -Le dijo Diego tendiéndole la mano.
    
    - Jorge, saluda a tu hermano bien… – Le espetó Verónica acomodando los platos en la mesa.
    
    Aquella comida fue muy incómoda para Jorge, pues rompía con su rutina habitual: casi diario, al llegar de la escuela, su madre lo esperaba con la comida lista, que no tardaba en devorar. Después, luego de quitar la mesa y levar los platos, iban a la habitación de su madre, ...
«1234...»