Un secreto de familia
Fecha: 23/07/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: FantasmaVerde2, Fuente: CuentoRelatos
... madre acomodándose bien en la cama. Jorge no hacía caso y al contrario de lo que le pedía con un hilo de voz, sus embestidas eran más fuertes y rápidas.
Diego quiso salir corriendo de ahí pero el morbo podía más que su voluntad y su pudor. “¿Cómo era aquello posible?” se preguntaba, escuchando los gemidos de su madre. “No me des tan rápido, me vas a lastimar otra vez”. Aquella frase retumbó en lo más profundo de su ser sin poder apartar la vista de la cara de su madre, desecha en una total mueca de placer. “¿Otra vez? ¿Cuánto tiempo llevan haciéndolo, entonces?” se preguntaba sorprendido.
Jorge amasaba desesperado los senos de su madre, inclinándose más sobre ella para alcanzar sus pezones; sus cuerpos estaban completamente empapados en sudor. Verónica abrió más las piernas y se acomodó bien el pequeño pene de Jorge, que se había salido por sus torpes embestidas. Una vez que estuvo dentro de nuevo, se levantó un poco más el vestido dejando expuestos sus muslos que vibraban con los empujones de su hermano. “¿Ya te vas a venir?” le preguntó a su hijo sin obtener respuesta. Jorge bufaba concentrado en sus movimientos y en el masaje a las ubres de su madre, que de nuevo se incorporó quedando hincada sobre la cama. Jorge continuó con la penetración abrazando su delgada cintura y Diego vio por primera vez sus senos desnudos. Eran grandes y un poco caídos, con los pezones rozados y aureola abundante; habían sido su fijación durante su adolescencia y no podía creer que era su ...
... hermano quien disfrutaba de todo aquello.
Jorge se quedó quieto un momento y su madre le dijo algo ininteligible, inclinándose de nuevo en la cama. Sus pechos apenas rozaban las sabanas que tenían restos de fluidos, ¿o era sudor? Verónica se abrió las nalgas con ambas manos y empezó a moverse engullendo el pene de su hijo por completo. Jorge permanecía inmóvil acariciando aquellas masas de carne que devoraban su herramienta; eran movimientos más suaves pero consistentes los de su madre, que volteaba a verlo de cuando en cuando con una sonrisa cómplice en el rostro acalorado.
Diego miraba atónito sus movimientos y sus gemidos lo tenían al borde del orgasmo sin siquiera haberse tocado; aunque la polla le palpitaba fuertemente en los pantalones no se atrevía a hacer nada. Verónica aceleró sus movimientos prologando cada vez más sus gemidos, y supo que estaba a punto de acabar, pero su hijo masculló algo y bufó echando la cabeza hacia atrás. Terminó antes que ella y no pudo continuar con la faena.
-¿Te gustó, mamá? -preguntó su hermano sobándose la polla. Su madre se enderezó guardando sus pechos en el sujetador acariciando su entrepierna.
- Si, corazón. Pero tienes que hacerlo despacio para que dures más. Me faltó un poco.
- Podemos hacerlo otra vez...
- No, Jorge, no sé a qué hora llegue tu hermano. -Respondió acomodándose el vestido.
Su madre se bajó de la cama y al abrazarlo le dio un largo beso en los labios. Las manos de su hermano recorrieron su cuerpo ...