Jamal de carne y hueso. Leonor - Relatos Eróticos

Jamal de carne y hueso. Leonor

... perdido a ti por Conil. No quedaban mujeres por conquistar en Marbella? - mi amigo Juan Pedro estaba siempre de cachondeo y tenía un don de gentes excepcional. Llevaba toda la vida trabajando cara al público y su negocio era todo un éxito.

- No. Por eso he venido a quitaros a las de aquí. Me han dicho que las teníais desatendidas. — Le respondí con cara de fucker.

Me levanté, chocamos y nos dimos un gran abrazo.

Invité a mi amigo a tomarse un café y empezamos a ponernos al día. Hace mucho que no nos veíamos y aunque no había habido cambios en la vida de ninguno de los dos, la charla de ponernos al día era obligatoria.

Cuando nos acabamos el café, nos fuimos hacia la escuela de surf de mi amigo.

- Voy a la furgo a por la tabla y vengo.

- Aún tienes la tabla de siempre? - Me preguntó mi colega.

- Sí, sí. Para lo que la uso, me basta y me sobra. No está mal, aprendí con ella y sigo fiel a ella.

- Jajajajja. Es la única a la que eres fiel, ehhhhh. Picha brava. - Me dijo mi amigo riéndose a carcajadas.

- Puede ser. - Le dije yo, poniendo una mano en mi mentón a modo de reflexión.

Arranque camino de mi furgo con una sonrisa en los labios. Mi amigo era especialista en hacerme reír, y eso era una de las cosas que más me gustaba de él.

Recogí mi tabla y mi mochila de surf y me volví para la caseta de madera que hacía de sede de la escuela de surf de mi amigo.

- Juan Pedro. Que sepas que te voy a dejar sin olas ahí afuera. Hasta con mi tabla ...

... vieja.

- Jajajajja. Jamal, deja de soñar, no lo haces mal. Pero no sueñes con surfear bien con la tabla de mi abuela. - Me dijo mi amigo riéndose abiertamente de mí y de mi tabla. - Cuando quieras cambiarla, me lo dices y te consigo una tabla de hombres. Y hasta me quedo esa para la escuela. Te saldría bien de precio.

- Me lo pensaré. Aunque para lo que surfeo.......

Nos metimos en la trastienda y nos pusimos los neoprenos encima de los bañadores. Juan Pedro llevaba un neopreno de manga y pierna corta de QuickSilver y yo llevaba un neopreno de pierna corta y tirantes de Billabong.

Los dos juntos parecíamos dos surferos salidos de las playas de California. Todo músculos y fibra.

A esas horas empezaba a haber gente en la playa y al pasar junto a tres chicas que tomaban el sol, nos silbaron entre risas.

- Esto no me lo hacen a mí solo, eh, Jamal. - Me dijo Juan Pedro, muy divertido.

- Pues claro. Acostúmbrate, estás conmigo. Igual si te descuidas hasta ligas hoy y todo. - Le dije provocándolo.

Pasamos de largo sonriéndoles a nuestras fugaces admiradoras y llegamos a la orilla.

Me encanta cuando llego al agua y siento la humedad en mis pies, ese frescor me eriza la piel y me espabila.

Entramos en el agua despacio. Las olas estaban empezando a crecer y estaban a unos 30 metros de la playa. Ya había otros surfistas en el agua, Juan Pedro los saludo a todos, nos tumbamos en las tablas y fuimos remando hasta la zona de rompeolas. Cuando llegamos, no sentamos y ...