1. ¿Novios formales? (I)


    Fecha: 29/07/2025, Categorías: Hetero Autor: dlacarne, Fuente: CuentoRelatos

    ... de cachonda, no pierde el tiempo y cualquier sitio mínimamente escondido le parece apto para follar. Llevamos unos cuantos baños a nuestras espaldas.
    
    Pillamos un taxi y nos montamos los dos atrás. Apenas pasaron unos segundos, volvimos a enrollarnos como salvajes, como si estuviéramos solos. Pasé la lengua por su cuello y desperté de nuevo a la bestia. Atónito, fui testigo de como Hanna, sin cortarse un pelo, me agarró de nuevo la polla bajo el pantalón para pajearme. Tenía una de las mayores erección de mi vida, imposible de ocultar. No había posibilidad de hacer aquello de manera disimulada ni, al parecer, tampoco había intención. Por el retrovisor, podía ver al taxista lanzándonos miradas furtivas. Era demasiado hasta para mí, pero no podía (ni quería) pararlo.
    
    Ya en mi edificio, nos restregamos de una esquina a otra del portal. De habernos visto algún vecino, hubiera llamado a la policía al pensar que nos estábamos matando. En el ascensor metí toda la mano que pude y aproveché para investigar bajo el pantalón. Comprobé que, en efecto, llevaba el plug grande puesto y sonreí. Conforme llegamos arriba y abrí la puerta, me llevó a empujones hasta el sofá, lanzó el bolso y el abrigo por el suelo y saltó sobre mí cual leona dispuesta a cazar a su presa. Y su presa era mi polla.
    
    El pantalón ya venía desabrochado desde el taxi y, la velocidad con la que mi polla pasó a estar en su boca fue pasmosa. Sentí liberación en ese momento, por fin llegaba el momento. Tras unas ...
    ... primeras catas de pura ansia, recorrió con la punta de la lengua el largo trayecto desde los huevos a la punta. Casi siempre que me la mamaba la pegaba a su cara para recordar que aquello era tan grande como su cabeza, para después susurrar entre rosoplos “mi negro...”. Tomó aire, la agarró con las manos y se metió en la boca todo lo que pudo. Se me cayó la cabeza hacia atrás, perdí la fuerza del cuello. Era una mamada de pura pasión, como todo lo que hacía Hanna en la cama. Cuando por fin había conseguido erguirme, continuó solo con una mano mientras me comía los huevos, haciéndome perder de nuevo la fuerza.
    
    Se quitó el top y vino hacia mí. Nos morreamos bien cerdo, un morreo de esos que abarca cara, cuello y tetas. Le hubiera devorado allí mismo. ¿Cómo un pecho tan pequeño como el suyo podía ser tan hermoso? ¿Cómo esta chica, tan bajita y tan plana podía estar tan buena? Pasaban los años y los polvos y no dejaba de sorprenderme.
    
    Con la misma facilidad con la que me sacó la polla se desabrochó los pantalones, quedándose con tan solo las medias y las botas. Al ver el camino despejado, estiré el brazo para agarrarla bien del culo. Primero toqué el plug y me estremecí; cada vez que lo recordaba sentía como se bombeaba la sangre hirviendo hasta mi polla. Después, me hice camino hasta el coño, haciendo que Hanna bajara la guardia por vez primera. Se desplomó al mero contacto y, al meterle los dedos, se escucharon los primeros gemidos. Tenía el coño empapado, los dedos me ...
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