JUANCITO, MI NIETO. – CAPÍTULO 6.
Fecha: 06/08/2025,
Categorías:
Gays
Hetero
Incesto
Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30
... par de orgasmos más no la dejaron dedicarse a mi verga como yo quería. Finalmente se puso en la posición del“misionero”, pero flexionó sus rodillas y apoyó la planta de los pies en la cama,“cogeme, por favor, cogeme”, -pidió y no la iba a hacer esperar-.
Sos ojos se abrían grandes y parecía estar haciendo ejercicios respiratorios cuando mi verga entraba abriendo sus carnes. Lubricación había en abundancia, pero sentir la sentía y me dijo el por qué,“es enorme, tu verga es enorme y me hace ver el cielo, no estoy acostumbrada a algo así, pero mi conchita quiere y quiere más”. Le di todo lo más que podía y se agitó retorciéndose cuando el glande se apoyó en su freno interior, más, como entré despacio no sintió dolor, pero el placer le recorrió todo el cuerpo y tuve que besarla para que el grito del orgasmo no le hiciera saber a todo el edificio de su explosión placentera.
Poquito a poco, uno, dos y tres dedos ingresaron en su culo y se movía dilatando su esfínter sin hacer caso de sus temblores, gemidos y pedidos para que la penetrara porque se estaba enloqueciendo. Finalmente apunté el glande y pretendí entrar, me costó porque, a pesar de la crema lubricante, se había cerrado casi al instante por la tensión corporal que pareció acumularse en ese lugar y fui intentando despacio y moviéndome hacia uno y otro lado hasta que el glande ingresó. El apretón fue delicioso, a la vez que doloroso y me apuré a meter casi la mitad mirando comoDébora contenía su grito de dolor y sus ...
... lágrimas se escapaban de sus ojos.
Su pedido me decidió y se la mandé toda, despacio, pero firme, no pudo gritar mi mano lo impidió y mi cuerpo más pesado evitó que me sacara de encima porque se movió como si la estuvieran acuchillando, hasta que segundos después se dio cuenta que no podía impedir ni despegar mi pelvis de sus nalgas y se quedó quieta,“no la hagas latir, me duelen hasta las uñas, aguantá, yo me comienzo a mover cuando me acostumbre”, -pidió y le besé y acaricié las tetas sensibilizadas sin mover mis caderas, aún a pesar del dolor que su estrechez me provocaba en todo el tronco-. Las caricias y los besos la aflojaron enseguida y comenzó a moverse, al poco rato era una coctelera recibiendo pijazos y tapándose ella misma la boca para no gritar por el placer que estaba experimentando.“Me estás rompiendo el culo y siento un placer que nunca había sentido, dame más, la puta madre vas a tener que seguir cogiéndome todo lo que puedas”, -decía desatada como nunca-, no le contesté nada, pero sabía que así sería, ni su culito ni el de su hijoLuisito escaparían del dominio de mi verga.
Mi acabada coincidió con su orgasmo más largo y nos quedamos quietos por unos minutos. Luego del baño, se cambió y se despidió, se la notaba sonriente y bien cogida, es más, haciendo planes para poder vernos cuando a mí me fuera conveniente. Almorcé algo en un lugar de paso y volví a casa de mi hija más que satisfecho, al llegar me los encontré a todas tomando sol en las reposeras al ...