1. Mi lugar seguro


    Fecha: 10/08/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Altais, Fuente: TodoRelatos

    ... tarde ha sido más llevadera, aunque tus mensajes me dejaron bastante preocupado.
    
    – Ya, debería haber venido antes.
    
    – Olvídalo. Enhorabuena, he visto que tu relato llevaba más de 17 000 visitas. Me quedé corto, pensé que superarías el estimado que te di. Lástima que a la gente no le de por comentar. La página de relatos ya no es lo que era, es una pena que lo hayan bajado.
    
    – La doble moral -resoplo-. Ha sido un buen ejercicio para retomar la marcha. Hoy descansaremos, tienes que reponerte por completo –digo sin mucha convicción.
    
    – Jo…
    
    – Si quieres…
    
    – No, no soy un ogro. Has tenido un mal día.
    
    – Lo cierto es que te necesito.
    
    – Yo necesito que mi princesa esté bien.
    
    – Estoy bien cuando entras en mí.
    
    Me toma de la mano suavemente, me lleva al sofá, mi cuerpo se pega al suyo de modo natural. Me gusta la forma en la que mi menudo cuerpo encaja con el de él..
    
    – No se me ocurre mejor lugar para estar que dentro de ti, princesita.
    
    – Te quiero – confieso en un rapto de sinceridad.
    
    Cada fibra de mi cuerpo clama por sentirle más cerca. Me siento en su regazo, buscando un cobijo que mi mente no encuentra en otro lugar más que entre sus brazos.
    
    – Papi también te quiere –siento su respiración, como huele mi pelo y sus brazos rodeándome, regalándome su calor.
    
    – Te eché de menos hoy, papi – murmuro hundiendo mi cabeza en su pecho.
    
    – Lo sé princesita… lo sé –me acomoda entre sus brazos, mi lugar seguro.
    
    – Eres mío, papi. Me alegro que ya ...
    ... estés mejor –lo abrazo con fuerza.
    
    – Es sólo un resfriado. No debes preocuparte tanto.
    
    Sus labios buscan los míos y ,como cada vez que me besa, una descarga eléctrica fluye por mi cuerpo. Es una sensación reconfortante, y placentera que no por repetida resulta ser menos agradable..
    
    – No me gusta ver a papi enfermo –lleno su rostro de suaves besos, nunca llegué a pensar que me gustaría la barba en un hombre hasta que lo conocí.
    
    – Lo sé. Yo quiero estar siempre a disposición de mi niña –cuando cierra sus ojos lo tomo como una invitación. Se deja hacer mientras mis besos se pasean casi con parsimonia por toda su cara.
    
    – Papi siempre es fuerte, por eso verlo enfermito no me gusta –suspiro, dejando escapar muy lento el aire de mis pulmones. Me acomodo a horcajadas sobre él, haciendo una declaración de intenciones y continuo con mi asedio romántico.
    
    – Pronto estaré del todo recuperado –sus fuertes manos se posan sobre mis glúteos brindándome soporte, atrayéndome un poco más a él.
    
    – Papi, ¿tienes energías para hacerle el amor a tu niña? –Me muevo un poco, sé que le excita que me frote contra él. Una lamidita en su cuello y una de mis sonrisas sirven como señuelo.
    
    – Por supuesto –sus manos aprietan con más descaro mi culito, lo magrea con más fuerza.
    
    – Tu niña te necesita –digo casi con desespero–. Odio que papi no entre en mi –vuelvo a besar tus labios, y me muevo sobre tu regazo, buscando despertar tu deseo al máximo. No es complicado conseguir ese ...
«1234...»