Mi maestra favorita
Fecha: 18/08/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Cazador_de_MILF, Fuente: CuentoRelatos
Esta historia es ficticia y está basada en mis fantasías con mi maestra favorita de la secundaria.
Hace aproximadamente 16 años, cuando estaba en secundaria, conocí a Manuella, mi maestra favorita. Me atraía mucho lo apasionada que era con la historia de Guatemala y siempre consideré que tenía un excelente gusto musical. Pero lo que más me encantaba era su cuerpo: tez blanca, ojos claros y caídos, pelo corto color castaño, pechos redondos y naturales, abdomen plano, caderas anchas, buenas piernas, y nalgas redondas y bien paradas.
Aunque tenía más de 40 años, no lo aparentaba. Además, me gustaba mucho su forma tan elegante de vestir, especialmente cuando usaba un pantalón blanco acampanado que hacía que su culo se viera de forma espectacular. Mientras ella daba la lección, yo no paraba de admirar semejante culo redondo. Algo que me excitaba muchísimo cuando ella usaba ese pantalón era que nunca se le marcaba la ropa interior. Esto me hacía fantasear con el hilo tan delgadito que tenía que estar usando para pasar de forma indetectable.
Pero cuando finalicé la secundaria y me gradué, nunca más volví a saber de ella. Yo me fui a estudiar al extranjero. Años después, al terminar la universidad y dos posgrados, regresé a vivir a Guatemala. Acepté una oferta laboral de una empresa multinacional de mucho prestigio que pagaba muy bien a pesar de que yo tenía 27 años. Esto me permitió comprar un apartamento en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de Guatemala. Escogí ...
... un piso alto y con vistas a los volcanes que rodean la ciudad para apreciar tan maravilloso paisaje. Siempre supe que llevaría muchas mujeres a ese apartamento, pero jamás pensé que Manuella sería una de ellas.
Todo comenzó cuando decidí ir al concierto de un cantante guatemalteco muy famoso. En ese entonces, yo estaba empezando a salir con una chica y decidí invitarla al concierto. Sin embargo, ese día tuvimos una pelea y todo se acabó. A penas llevábamos saliendo una semana, así que no me importó. Decidí ir al concierto porque tenía muchas ganas desde hace mucho tiempo. Ya que ninguno de mis amigos quiso acompañarme, mi plan era vender el ticket antes de entrar al concierto y disfrutar el espectáculo solo.
Por fin llegó el día del concierto. Tomé un taxi y me dirigí al estadio. El taxista me dijo que el paso estaba cerrado y que me dejaría a unos 500 metros del ingreso. Como iba solo, no me importó caminar; además, pensé que eso me permitiría encontrar a alguien que estaría dispuesto a pagar la entrada extra que llevaba en mi bolsillo. En eso, mientras caminaba, a unos 10 metros por delante de mí, unas piernas perfectas llamaron mi atención. No podía dejar de observar esos jeans apretados color gris que iba por delante de mí. Veía como las nalgas se movían en una sincronía hipnotizante. Me sorprendió que semejante cuerpazo anduviese solo.
De espaldas, se veía que era una señora con cintura un poco angosta y de pelo corto color castaño. Inmediatamente me acordé de ...