1. Te va a doler 2 (final)


    Fecha: 30/03/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Para entende este relato deberías leer antes "Te va a doler 1" Cuando terminó la secundaria, mis cuatro compas debían ser los cuatro culos más rotos de Avellaneda, me los había cogido en sus camas, en la mía, en las vías, en los cañaverales, de a dos y de a tres. En los tríos, cuando me la chupaban los tres a la vez yo me sentía el mayor macho de Argentina, Marito tragándose la punta y Agustín y Esteban lamiendo el tronco. Luego me tiraba en el piso y Agustín se iba sentando en mi verga con sus quejidos de putita, mientras Marito y Esteban lo ayudaban, al rato cambiaban y así los tres terminaban abiertos y felices, la leche la compartían entre los tres porque les acababa en la cara. Miguel nunca quiso compartirme, se arrodillaba y me la chupaba largamente. Yo le acariciaba la cabeza, cosa que me salía sólo con él, a los demás me los cogía por la boca lo más duro que me dejaran. Luego se tendía boca abajo y se la metía siempre así, mejilla con mejilla, despacito, subiendo y bajando mi cadera mientras él quieto sólo suspiraba y me decía que me quedara siempre arriba de él, que no acabara, que queria amanecer cubierto por mi cuerpo. Yo no entendía mucho, pero trataba de demorar al maximo mi orgasmo y a veces estaba más de una hora cogiéndolo despacito. Cuando llegaba mi leche, Miguel sonreía beatíficamente y me pedía que no se la sacara hasta que mi pija se durmiera dentro de él, porque no quería que ni una gotita de mi leche se saliera de su culo. Empecé a laburar y, para ...
    ... enojo de mi viejo, que era fana del rojo, me afilié a Racing. En las duchas del club, luego de practicar algún deporte, mi pija volvió a hacer furor y rompí culos racinguistas a más no poder. En el telo de Lanús ya me conocían por el nombre y hasta pensaban que yo era un taxi boy que llevaba ahí a sus clientes, pero nunca cobré, simplemente iba con mis amigos come pija del club a darnos placer mutuamente. A los 25 me fui de casa de los viejos y me alquilé un depa chiquito por Constitución. Mi falta de novias ya comenzaba a dar que hablar y no quería que mi viejo me considerara un pija boba y menos aún que se diera cuenta que me gustaban los machos. Un viernes, volviendo del laburo en el subte, lo volví a ver: ahí estaba Miguel, aplastado contra la otra puerta en ese mar de gente que era el subte a esa hora. No me vio ni me podía ver en el quilombo que era el subte, per bajó en Independencia y yo bajé también. -Miguel! -Ohhh, Luquitas,cómo te va tanto tiempo!!! Nos abrazamos, nos contamos la vida en telegrama y nos quedamos mudos, mirándonos -Vivís por acá? No en Palermo, pero estoy estudiando en la UADE, vos? -Yo vivo en San Telmo, o más bien en Constitución, pero cuando te ví bajar, te seguí. Vamos a tomar un café? - Dale, así nos ponemos al día. Se sentaron a una mesa del café de Independencia y Lima - Te casaste, Luqui? - Yo?, nooo, vos sabés como soy. Vos? - Mirá yo estuve en pareja por unos meses, pero no nos llevábamos bien, mucha pelea por boludeces, así que nos separamos ...
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