Te va a doler 2 (final)
Fecha: 30/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... haciendo bastante esfuerzo, me doblaba, lograba meterme a duras penas el glande en la boca y me bebía mi propio preseminal, pero eso de chuparse la pija uno mismo era más aburrido que bailar con la hermana, lo hacía más por morbo calenturiento que por el placer que me daba. Mientras mis dedos subían y bajaban por mi palo, pensaba en la primera vez con Miguel. Fue en mi casa, una tarde que mis viejos no estaban, sobre la alfombra de mi dormitorio. Esa mañana, en un recreo de la escuela, había terminado de convencerlo que se dejara coger. Llegó, y casi sin hablar nos fuimos a la pieza, nos desnudamos en silencio y se quedó mirándome sin saber qué hacer, su pija dormida, la mía ya lista para destrozarlo. Miguel era virgen, pero poco me importaba ese detalle. Le dije acostate boca abajo y abrite las nalgas. Obedeció. Me arrodillé entre sus piernas, me escupí los dedos, le unté mi saliva en la entrada y se la clavé, gritó, paré, su grito fue derivando en llanto, le dí otra estocada, saqué y metí de nuevo, grito y llanto y mi verga clavándose más dentro de Miguel. De a poco el llanto se fue convirtiendo en lágrimas y moqueos silenciosos. Como siempre, pija cruel, no paré hasta no tener mis bolas contra sus nalgas y comencé a darle esos mete y saca como para destruirle el culo. Me daba un poco de pena, Marito, Agustín y Esteban también habían gritado y llorado, pero el sufrimiento de Miguel era diferente, no pude seguir el ritmo y comencé a cogerlo despacito. De Miguel escuchaba ...
... sólo los moqueos. Acabé dentro de él y se la saqué despacito, un hilo de sangre y moco rectal colgaba de mi glande. Su ano estaba completamente enrojecido, por primera vez sentí culpa. Le dije que se quedara quieto, fui a buscar una toalla, la mojé en agua fría y se la metí en el dilatadísimo agujero, se la dejé un ratito y luego le limpié los rastros de sangre y semen de la cara interna de las nalgas. Miguel se incorporó y nos vestimos en silencio. Apenas terminó de calzarse las zapatillas, de pronto me abrazó, un abrazo que yo no supe corresponder porque no entendía, mientras me apretaba con fuerza , yo con mis brazos muertos sin saber que hacer, me dijo en un sussuro directo a mi oido "gracias Lucas. , gracias", y se fue. Lo vi alejarse rengueando, el culo le debía doler terriblemente, y me dieron casi como ganas de llorar, pero el pija cruel triunfó y terminé más orgulloso que nunca por haberle literalmente roto el culo a mi cuarto pibe, a mi cuarto puto, a un culito virgen, a Miguel. Después de la cena del viernes, seguro me lo volvería coger. Cómo sería ahora? Apuré mi paja imaginando que Miguel ahora sería una puta ardiente que me iba a secar de leche y gritando (sí, gritando) su nombre hice saltar mi leche con tal fuerza que quedó chorreando sobre la pared de la cabecera de mi cama. La semana se me hizo eterna, pero al fin estaba yo en la puerta principal de la UADE. En casa, había quedado el vino en la heladera, una picada simplona ya lista y la salsa rosa terminada. ...