Te va a doler 2 (final)
Fecha: 30/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... Sólo faltaba poner el agua para los spaguetti. Sábanas limpias, baño perfumado. Por qué me tomaba tantos trabajos para comerme un culo? Yo era de ir a los bifes, vení pasá, chupámela, ponete en cuatro. Y 35 salió Miguel, camisa celeste con botones al cuello, jean negro ajustado, sonrisa franca y esa mirada! Sentí cierto temblor en el cuerpo cuando le di, recontraformalmente de nuevo, la mano. Decidimos caminar, mi departamento estaba por Tacuarí y Caseros, la noche estaba hermosa y de paso yo me relajaba un poco, estaba extrañamente nervioso. Con ese pantalón achupinado se le notaba el culito impresionante que portaba y la belleza plena de sus largas piernas. Le hice un comentario sobre lo lindo que le quedaba ese pantalón de atrás, pero apenas sonrió a lo gioconda, se notaba que lo había puesto incómodo. Por suerte al llegar al depa ya reíamos y bromeábamos como si no hubiera pasado el tiempo, y me cuidé de volver a hacer algún comentario sexual. Llegamos, subimos, entramos. Le mostré la casa, hizo comentarios amables en cada habitación, pero cuando entramos al dormitorio estuvo completamente callado. y yo también. Cenamos, le conté de la vida actual de Marito, Agustín y compañía, le conté la historia de la profe de geografía, lo que lo hizo reir de buena gana y de a poco fuimos entrando en temas más íntimos. No sabía por qué, pero me fui poniendo blandito por dentro cuando Miguel me contó de lo mucho que me extrañó cuando se fue del barrio, de cómo conoció a su primer amigo ...
... con derecho, luego pareja y ahora ex, en un bar de Callao y Santa Fe. Su mano estaba sobre la mesa, y algo dentro mío, sin pensarlo, hizo que apoyara mi mano sobre la de él. Fue sólo un instante, la retiré medio asustado de lo que yo, el macho pija cruel, estaba haciendo. Miguel me miró largamente a los ojos. Se levantó y me dijo -Vamos. Vi su culito alejarse rumbo al dormitorio y lo seguí embelezado, o eso quería creer. Nos detuvimos al pie de la cama. Miguel me abrazó, yo me moría de ganas de devolverle el abrazo, pero me contuve, mis brazos pegados a mis flancos como aquella vez, nada cambiaba. Se desvistió en silencio, completamente, mientras yo lo miraba. Me desabotonó despacio la camisa, me acarició el pecho, y cayó de rodillas. Bajé de un golpe mi pantalón y quedé con mi boxer negro donde mi verga apenas cabía, no sé por qué pero aún la tenía dormida. Miguel me lo bajó despacio, me la agarré de la base con la mano y se la ofrecí. Mis ojos embelezados miraban sus labios rojos que se abrián de a poco y se arrimaban a mi glande y luego, apoyándose en la punta, como para darle un beso, iban dejando entrar mi pija en su boca recorriendo la curvatura de mi glande. Miguel chupó y tragó lo más que pudo, como hacía antes, con los ojos cerrados, pero ahora, nunca lo había hecho ni él ni nadie, tomándome de las nalgas, de manera muy delicada y suave, casi acariciándomelas. Lo dejé. Al rato abandonó mi pija y sin decir palabra se acostó boca abajo sobre la cama. Yo tampoco hablé. ...