Noche de bodas muy deseada (segunda parte)
Fecha: 01/04/2018,
Categorías:
Hetero
Humorísticos,
Autor: Dita Delapluma, Fuente: CuentoRelatos
... su tierna carita de gozón que me vuelve loca, pero podía ver sus nalgas estremeciéndose a cada giro de mis caderas, y las apreté entre mis manos, lo que hizo que mi marido gimiese más aún… sentí sus manos acariciar mis tobillos, no llegaba más allá… aquello era para él otra tortura, sentir el goce sexual gracias a mí, pero no poder acariciarme, tocarme o besarme… sus caderas aceleraron y las mías le correspondieron. -Aaah… ooh… Oli… mmmh… me encanta… te he… ¡te he echado tanto de menos! – grité sin contenerme, y Oli volvió la cabeza para intentar mirarme… apenas lo consiguió, pero distinguí una mirada de desesperación en sus ojos. -Mmmh… per… dóname, Irinaaa… - quise preguntar por qué tenía que perdonarle, pero Oli me agarró de las piernas y giró media vuelta hasta quedar boca arriba y yo boca abajo; con pasmosa rapidez se incorporó, y agarrándome de los pechos, me echó hacia atrás, para tumbarnos juntos, estuvo a punto de salirse, pero velozmente se encogió sobre sí mismo y empujó, ensartándome hasta el fondo… - perdóname por esto, Irina… lo siento… pero… haah… era una buena postura, pero… n-no podía aguantar más, ¡tenía que abrazarte! Mmmmh… por favor, no… no te enfades… te necesito… - casi parecía sollozar, ¿cómo podía pensar que iba a enfadarme? Mmmh… yo sólo había querido torturarle un poco más, pero… la verdad que estar así, entre sus brazos, con sus manos amasando mis tetas, que sólo tenía que volver un poco la cabeza para darnos lengua dulcemente y sus caderas ...
... moviéndose rítmicamente para penetrarme, era mucho, muchísimo más agradable… a mi Oli se le escapaban las sonrisas y yo estaba que me fundía… -Sigueee… sigue, por favor… - le rogué, estremeciéndome de gusto entre sus brazos. No podría aguantar mucho más, ni Oli tampoco, se retorcía de placer… "qué dulce… qué dulcecito…" le oía musitar, incapaz ya de hablar en voz alta. Sus caderas aceleraron más aún y uno de sus brazos me aferró de la cintura, mientras con el otro me acarició el clítoris sin piedad, ¡mi orgasmo llegó prácticamente de golpe al sentir aquello! - ¡Síiiiiiii….! – grité al sentir las deliciosas oleadas de calor y placer recorrer de mi cuerpo, desde los dedos encogidos de mis pies hasta mi nuca; la respiración de Oli se aceleró más, y se encogió, derramándose dentro de mí, entre deliciosas convulsiones de placer, entre acalambrados golpes de cadera para soltar toda su descarga, parte de la cual se salió… un delicioso cosquilleo recorría todo mi cuerpo, y me estremecí varias veces, junto a mi Oli, exhaustos y satisfechos. Mi marido me besaba lentamente los hombros, el cuello… me abrazó perezosamente con la pierna y me hizo arrumacos, mientras yo apretaba el brazo con el que me rodeaba… - ¿Quieres el reenganche…? – susurré. Oli me miró con ojos de auténtico pánico, pero no pudo decir nada para defenderse, porque sonó el timbre del servicio de habitaciones. - ¡Ah, la tarta! – dije alegremente. -¿Tarta? -Sí… - me levanté, abrí el mueblecito a través del cual dejaban la comida ...