El conejito tierno de mamá - Relatos Eróticos

El conejito tierno de mamá

... darle a su madre el tiempo suficiente para que se acomodara, Denilson se escabulló hasta el lavadero y recuperó el sujetador y las bragas de su madre, que había estado usando hacía poco tiempo. 
Al regresar al santuario de su habitación, se metió bajo las sábanas y envolvió el impresionante sujetador de su madre alrededor de su igualmente impresionante pene. 
Se llevó las bragas a la nariz y aspiró profundamente.
 Su olor era más fuerte de lo habitual ese día.

Empezó a acariciarse la polla. Pensando. Soñando. 
Imaginando a su madre en bikini. 
Quitándoselo para él. "Por supuesto, Conejito tierno, haré lo que tu me pidas", decía ella. 
Compartiendo un beso de amante.
 Tocando sus pechos. Chupando sus pezones. Diciéndole cuánto la amaba.
 Como hijo y como hombre. 
Finalmente, los dos se unieron como uno solo.
2 Almas gemelas.
El olor de su perfume todavía estaba con él.

—¡Oh, mamá! —gimió mientras se corría con fuerza. 
Hilos de semen estallaron desde la cabeza de su pene, solo para ser recibidos por el abrazo seguro del sujetador de su madre.
 Era bueno que su madre tuviera mucho pecho, porque las grandes copas de su sujetador eran necesarias, esta noche más que nunca, para contener la enorme cantidad de semen que él producía.

Al salir de su estado de euforia, exhaló satisfecho. 
Desechó la ropa interior muy usada de su madre al costado de la cama, haciendo una nota mental para devolverla al cesto antes de que ella se diera cuenta de que faltaba. 
Se ...

... preguntó distraídamente cómo se verían los pechos de su madre si realmente hubiera disparado su semen sobre ellos en lugar de sobre su sujetador.
 Es bueno que la casa tenga paredes gruesas.
 Fui tan ruidoso, mamá seguramente me habría escuchado de lo contrario , pensó. 
Si tan solo pudiera acurrucarme con mamá otra vez. 
La haría tan feliz , pensó con nostalgia.
 Suspirando, cerró los ojos, cayendo en un sueño profundo y tranquilo, lleno de sueños de su hermosa madre.

Separados solo por una pared (gruesa), Lucia también estaba hablando en voz alta: "Ooh, Bebé", gritó mientras movía rápidamente su consolador rosa dentro y fuera de su pequeño y apretado coño. 
"¡Ooh, mi pequeño conejito acurrucable!", chilló, mientras ella también era alcanzada por un poderosisimo orgasmo.

A la mañana siguiente fiel a su palabra, Denilson se levantó temprano y se puso a trabajar arduamente para limpiar la piscina.
 Lo habría hecho de todas formas: un simple pedido de su madre habría sido suficiente. 
Pero ahora tenía el incentivo adicional de ver a su madre con su nuevo bikini.
 Cuanto antes terminara, antes recibiría su premio.

Denilson estaba terminando cuando la cabeza de Lucia asomó por la ventana de la cocina. "¡El desayuno está listo, cariño! ¡Ven a comer!"

Con el estómago gruñendo, Denilson se dirigió hacia el interior.

"La piscina está lista, mamá", le dijo mientras se atiborraba de tocino. "Está lista para cuando quieras".

—Oooh, gracias, cariño —dijo Lucia ...