Fatty, Patty y Katty VII - Relatos Eróticos

Fatty, Patty y Katty VII

Fatty, Patty y Katty VII

Capítulo VII

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-Será eso, que aún no he encontrado a quien ofrecerle mi virtud y mi inocencia. – le sonrió socarronamente Alma - ¿No será que te alegras porque esperas ser tu a quien le ofrezca mi pureza?

-No creo que yo sea una prioridad para ti, y por lo tanto no espero ni en sueños que tú me ofrezcas nada, y mucho menos tu virtud que me da la impresión que para ti es sagrada. – dijo Jesús respondiéndola con la misma ironía que ella – Y a pesar de lo mucho que a mí me pueda apetecer, no espero tener ese privilegio, que por cierto sería un honor y una enorme satisfacción, pero siempre y cuando a ti también te pareciese que yo fuese el hombre indicado.

-Entonces ¿si te gustaría? – dijo estupefacta Alma que no esperaba ni mucho menos lo que acababa de oír – Si realmente eso fuese para ti un privilegio y un honor ¿Qué estarías tu dispuesto a dar a cambio?

-Me parece que, a pesar de tu actitud arisca y beligerante, en el fondo eres una chiquilla muy cariñosa y tierna, necesitada de cariño y comprensión, sinceramente creo que eres muy romántica. – le dijo Jesús muy serio – Teniendo en cuenta todo eso, supongo que lo único que aceptarías a cambio sería una propuesta de matrimonio.

-Anda coño, me parece que estas un poco majareta. – dijo Alma que de nuevo se había sofocado y estaba roja de vergüenza - ¿Estarías dispuesto a llegar a semejante situación para conseguirlo?

-Ahora mismo no, pero en un futuro ¿Por qué no? – ...

... volvió a decir Jesús con gran seriedad – Yo para estar con una mujer lo primero que necesito es amarla, tener por ella una serie de sentimientos al margen del deseo físico, necesito sentir ternura, cariño, necesidad de cuidarla y protegerla y que ella me corresponda de la misma forma. Como es lógico, ahora mismo ninguno de nosotros puede ofrecer eso, pues no nos conocemos lo suficiente, pero hay algo en ti que me seduce, no sé exactamente lo que es, pero tengo la sensación de que tenemos mucho en común, y tu carácter y tu actitud me tienen cautivado.

-Me siento halagada, pero lo cierto es que no he pretendido en ningún momento ni cautivarte ni seducirte. – dijo también muy seria Alma, he intentado quitar tensión a la conversación bromeo – Al final sería gracioso ver a mi cautivo seducido, de rodillas con un anillo en la mano, y pidiéndome en matrimonio.

-¿Quién va a casarse? – dijo una de las trillizas que acababan de entrar sigilosamente - ¿Qué estáis tramando vosotros dos a solas?

-¡Joder que susto! – exclamo Alma sorprendida – Da la impresión de que sois tres ninfas, elfas, hadas o brujas guapas, que de pronto aparecen de la nada, vaya sobresalto que me he llevado.

-Pues si te has asustado, algo estarías haciendo o diciendo que no es correcto. – dijo otra de las aparecidas – Pero nosotras venimos a deciros que hemos encontrado una cama enorme en uno de los dormitorios, y en lugar de las tres camas queremos esa para dormir las tres juntas.

-¿Las tres juntas? – ...