1. Memorias de una peluquería 3


    Fecha: 08/09/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: El Negro, Fuente: TodoRelatos

    ... baño, a imaginarme con Chela despojándose de la pollerita, mostrándome su pequeña ropa interior, retirándose la remera para exhibir sus tetitas redondas y turgentes. Cerré los ojos y me aferré a la verga como un desesperado para comenzar mi sesión de paja, pero cometí un pequeño error, mientras lo hacía en vez de pensar en Chela, relaté en voz media lo que estaba imaginando que hacía con ella.
    
    Cora, que estaba en el patio junto a mi hermana que se daba un baño en la pequeña pileta de lona, escuchó lo que dije palabra por palabra. Se paró de la silla que ocupaba y se dirigió al baño, abrió la puerta y mirándome me habló.
    
    Cora: mirá nene, entiendo que mi hija te calienta, pero de ahí a relatar cómo te la cogerías hay una diferencia importante.
    
    Alejo: perdón Cora, no sabía que me estaban escuchando.
    
    Cora: ¿cómo se te ocurre hacer algo así? ¿Qué crees que pienso?
    
    Alejo: no sé, pero no se lo diga a mi madre
    
    Cora: ya veremos, por lo pronto, lávate y salí de acá.
    
    Hice caso, y casi como un rayo, completé el lavado y me metí en la pieza a estudiar. ¿Qué haría Cora? ¿Le diría a mi madre? Eran algunas de las preguntas que rondaban mi cabeza. A las 16 horas aproximadamente, vinieron a buscar a mi hermana para que jugase y se diera algunos baños en casa de una amiga, por lo que quedamos solos Cora y yo. Ella preparó el mate y me llamó al patio para hablar con ella. Mientras cebaba el primero, me miró y comenzó a hablar conmigo.
    
    Cora: mira nene, entiendo que mi ...
    ... hija te tiene embobado y te provoca atracción, pero es difícil que te dé alguna chance, tiene otras ideas.
    
    Alejo: lo sé pero me gusta mucho.
    
    Cora: además, no podés estar matándote a pajas con todas las mujeres que vienen a la peluquería de tu vieja. Hoy es mi hija y dentro de un tiempo será otra.
    
    Alejo: perdóneme por favor
    
    Cora: no tengo nada que perdonar, pero debés ser más discreto
    
    Alejo: no esperaba que me escucharan, no sé porque lo hice en voz alta.
    
    Cora: tenés que buscarte una nenita, de tu edad y hacé lo que quieras pero con mucho cuidado, podés dejar preñada a una piba.
    
    La charla se volvió un poco más distendida mientras tomábamos esos mates, el calor apretaba un poco y como era habitual, Cora empezó a sudar, la transpiración bajaba por las mejillas y caía hacia el escote, donde rodeaban esas terribles tetas y se perdían por el Canal de Suez (no era un canalillo). La parte superior del vestido comenzó a mojarse levemente, llamando mi atención. Cora seguía dándome una clase de posibles relaciones y los peligros de no cuidarse adecuadamente, sin notar que mis ojos viajaban de su rostro a sus tetasas. Cuando ya casi no quedaba agua en el termo, se inclinó para dejarlo en la mesa baja del patio y esa posición fue la mejor imagen que pude ver en la tarde: Cora no llevaba corpiño, y se le veían claramente los pezones marrones oscuros.
    
    Si antes la había pasado mal cuando ella me escucho relatando el polvo que le echaría a su hija, peor quedé cuando ...
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