1. El día que me comí los primeros pies ya de adulto


    Fecha: 10/09/2025, Categorías: Fetichismo Autor: Orellanas, Fuente: TodoRelatos

    ... esmalte.
    
    Mierda, pensamientos erróneos. Mi picha se hinchaba levemente. Luisa se tenía que haber dado cuenta. El ascensor no era precisamente rápido, y subíamos a un octavo.
    
    Entramos en la casa de Raúl y fuimos a por las cosas. Luisa fue a por su ropa, pero no cogió la mochila. Yo me fui a por agua en la cocina, quería hacer tiempo hasta coincidir con ella en la habitación de invitados, donde estaba la ropa. para que me pillase con el rabo al aire. Pensarlo hizo que la sangre retornase de nuevo, estaba en un estado constante de semierección que abultaba bastante. Tenía unas ganas de follisqueo que no eran normales. Bueno, con 18 SIEMPRE tienes ganas.
    
    Luisa fue al baño y yo bebí agua. Tenía bastante sed. Tras tres vasos, y todavía erecto fui al cuarto, me despeloté, y me empecé a secar. Los frotes con la toalla me la levantaron un poco más.
    
    Oí la puerta del baño y Luisa me iba diciendo que piscina y sangría era una combinación genial mientras venía hacia mí, yo le iba contestando mientras oía sus pasos acercándose y mi rabo totalmente al aire, esperando contacto visual, y excitado ante lo que se venía.
    
    Luisa llegó a la puerta, para recoger su mochila, y sus ojos fueron directos a mi rabo medio duro. Tardó en reaccionar a causa del alcohol, yo dejé que admirase bien al bicho. Sentir sus ojos en mi rabo hizo que este recibiese un poco más de sangre. Parpadeó sorprendida y levantó las cejas.
    
    + Ay, perdona, que no sabía que te estabas cambiando.
    
    - No pasa ...
    ... nada, me seco en un momento y me visto. Coge tus cosas, que no me importa.
    
    Luisa entró a por su mochila y volvió a mirármela.
    
    + Menudo rabo te gastas… ¿Por qué la tienes tan dura?
    
    Aquí decidí confesar. Me faltaba la suficiente sangre en el cerebro para que mi rabo fuese quien tomase las decisiones aquí.
    
    - A ver, me da vergüenza…
    
    Todo esto lo decía con los calzones en la mano y el rabo al aire, dejando que observase el material por si tenía ganas de chuparlo, o agarrarlo. Ya estaba casi en su apogeo, señalando el techo con las pelotas colgando. Todo gordo y a juego listo para ella.
    
    - Es que tienes unos pies preciosos y perfectos. Y es un rasgo de una chica que a mí me gusta mucho… Y el masaje me ha puesto un poco.
    
    + ¿Un poco?
    
    Hizo un gesto señalando mi pollón.
    
    + ¿Se te ha puesto así por tocármelos?
    
    - Sí.
    
    +…
    
    -…
    
    + ¿Quieres chupármelos?
    
    Aquella frase cayó como una bomba nuclear. Me costó reaccionar, pero mi rabo lo hacía por mí.
    
    + Jajaja, no hace falta que contestes, tu polla lo está haciendo por ti.
    
    - Me muero de ganas…
    
    + Y yo… Antes cuando me los has mordido en la piscina, buf… Me he puesto muy muy cachonda. Y cuando me los has tocado antes, también… No haría esto si no fuese por la sangría que llevo encima, pero me pone muchísimo que me los toquen y me los chupen... Mucho.
    
    Se tumbó en la cama y levantó el pie izqueirdo. Yo acepté su invitación sin dudar mientras me sacudía un poco mi congestionada entrepierna. Me abalancé sobre ...