El día que me comí los primeros pies ya de adulto
Fecha: 10/09/2025,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Orellanas, Fuente: TodoRelatos
... él y empecé a lamerlo desde el talón por toda la suela sin ninguna prisa, disfrutando aquella delicia.
+ BUFFFFFF, cómo me pone que me coman los pies… No sabes cómo cuesta encontrar a chicos que les guste..
- A mí me encanta, y con estos pies, esto es una delicia…
+ Qué bien lo haces, joder…
Su mano se fue a su entrepierna, cerró los ojos, y empezó a jadear mientras mi lengua recorría su planta una y otra vez en ambas direcciones.
Le succioné los dedos uno a uno.
+ Bufffffff, cómo me pone eso…
Estaba tan perdido deleitándome que no me di cuenta que Luisa me observaba con la boca entreabierta mientras gemía. Me metí el pie entero en la boca y succioné. Se arqueó levemente y frunció el ceño mientras emitía otro gemido más fuerte y se le escapó un sonoro orgasmo. Se tapó la boca para amortiguarlo.
Repetí la otra operación con el otro pie, lamiendo planta, empeine, talón… No me dejé nada. Los besaba con desesperación, los succionaba intentando separarle los dedos del resto del pie, y los lamía como quien se come un helado a 40ºc.
En mitad de las succiones de los dedos Luisa tuvo otro orgasmo todavía más ruidoso. Esta vez no se tapó la boca y siguió masturbándose, y yo lamiendo. Si ella no paraba, yo tampoco.
Era la tercera vez que me podía comer unos pies tan a gusto, y estos eran de categoría. Lo mejor era que Luisa me lo había pedido.
Me la ...
... estaba cascando mientras me deleitaba, sentía que no iba a aguantar mucho más, así que cogí sus pies, y me hice una paja con ellos.
A Luisa le pareció bien y puso de su parte, lo que no se esperó fueron los tres chorrazos que le fueron a las tetas y a la cara a toda velocidad.
+ Joder, me has puesto perdida…
- Perdona, no estaba yo para pensar.
+ Ya, ya…
Se relamió el semen que tenía en la cara cerca de la boca, me encantó verlo, y se limpió como pudo los tres chorros generosos de leche.
Desde ese día estuvo casi 2 años sin pode encontrar novio, porque no había ningún al que le gustase lamérselos, y yo no ayudaba. No quería perderme aquella barra libre, y en cada polvo me los gozaba como si fuese el último. Luisa también estaba enganchada, ambos teníamos el mismo puto fetiche.
Me era suficiente un sábado en el que yo saliese de fiesta, y no pillase cacho, con mandarle un mensaje diciendo “tengo ganas de comerte los pies como un animal”, para que Luisa me contestase llamándome hijo de puta, y al poco diciéndome de quedar en su casa. La de veces que había dejado a las amigas o muchos planes por que le succionase lo dedos de los pies. Innumerables.
Era la frase mágica.Un martes le dije que me moría de ganas, se inventó una excusa para salir antes del trabajo y nos pegamos toda la tarde en su casa follisqueando y jugando con sus pinreles.
Qué gran época :_)