El eléctrico me violó en casa
Fecha: 15/09/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: Karla Hdz, Fuente: TodoRelatos
... apretando los tornillos, sentí su gruesa erección entre mis pompis. Empezó a moverse justificándose por estar usando la herramienta, yo muy incómoda le preguntaba si faltaba mucho. Él solo reía. –Por qué, tienes prisa, apoco no te está gustando. Soltó el desarmador y me sujetó con fuerza por la cadera. Yo traté de alejarme, pero sus brazos fuertes me apretaron a su cuerpo, rodeando mi cintura y muy cerca de mis bubis. -Recuerda que te dijo tu mamá que debes ser amable conmigo. Yo trataba de zafarme de sus manos, que empezaron a sobar mis tetas.
-Uy mamacita, estas como quieres, mira ya me la pusiste bien dura. Su otra mano bajó a la altura de mi monte de venus. Como si tratara de presionar mi cadera contra su pelvis para acomodar su erección entre mis nalgas, yo quería gritar, pero no podía. Con fuerza me levantó y caminó al comedor, me bajó frente a la mesa, inclinándome sobre ella, con una mano me sometió. Para evitar que me levantara, la otra empezó a manosear mi culito, sobaba y apretaba mis nalgas, empecé a llorar. -Tranquilízate mi amor, sí eres buena la vamos a pasar bien rico, no quiero lastimarte. Yo levante mis manos, cediendo a sus palabras. Me soltó del cuello y ahora con ambas manos me tocaba por todos lados, solté un leve grito al sentir que me bajaba los mallones.
No me había puesto nada debajo, cuando destapó mi culito lo notó. –Pinche escuincla, te la das de muy santa y mira, ya vienes lista. Bajó mi ropa hasta las rodillas, enseguida hundió su cara ...
... entre mis nalgas, sus manos abrían mis pompis y sentí su lengua recorrerme. -Uf mi amor, que rica estas, hasta te depilas todita, ahorita te voy a coger tan rico que hasta vas a querer que te lo haga diario. Yo ya estaba llorando, pero la lengua de ese viejo calenturiento empezó a sacarme unos buenos gemidos, un placer tan rico me vino. Mis gemidos y lamentos lo motivaban, bufaba y gemía como si estuviera hambriento y yo era lo único que había comido en semanas. Me lamía por todos lados, levantaba mi cadera con sus manos para poder chupar mi clítoris, después me lamia hasta el ano.
Yo gemía y le pedía que se detuviera, pero no me hacía caso, después se levantó y tomándome de la cadera y de las piernas me giró. Boca arriba sobre la mesa, levantó mi blusa y mis tetas brincaron al ser liberadas, las tomó con sus manos y empezó a besarme. Su boca sabía a mis fluidos, metió su lengua en mi boca como buscando la mía, yo me resistí lo más que pude, pero no tuve éxito. Después de darme unos besos muy intensos bajo a chupar mis tetas, su mano bajo más, sentí sus dedos sobre mi panocha. Empezó a moverlos, mis gemidos se intensificaron. –Ya ves como si quieres que te coja, solo déjate querer mi amor, te va a gustar. Se enderezó y me quitó la ropa, ya desnuda me llevó de la mano a la sala, yo sin poner resistencia me quedé ahí parada frente a él.
Esperando mientras se desabrochaba el pantalón. –Ahora te toca a ti complacerme mi vida, me dijo mientras su ropa caía a sus pies. Esa verga ...