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Terapia con mi tía
Fecha: 18/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... burlona. —Como sea. No es como si tuviera algo importante que decir de todos modos. Sofía decidió probar otro enfoque. —Bueno, entonces cuéntame sobre… ¿Cómo te va en la escuela? —Las clases son aburridas, los profesores son apenas competentes, y mis compañeros me dan igual. ¿Qué más quieres saber? —Ya veo. Tal vez podríamos hablar de por qué te sientes tan a la defensiva. —No sé, tía, ¿tú qué crees? ¿Será porque me han obligado a venir aquí en contra de mi voluntad? ¿O porque tengo que fingir solo para que tú puedas jugar a ser una psicóloga de verdad? Sofía respiró profundamente. Me sentí feliz pues por un momento pensé que la había derrotado y apenas habían pasado 5 minutos. Sin embargo, mi tía se acomodó en su silla y cambió su enfoque, una vez más. —Así que… Adrián, cuéntame, ¿cómo fue que mojaste la cama? ¿Fue el resultado de tantas masturbaciones? — preguntó, apuntando algo en su libreta y poniendo cara de jugador de póker. Me quedé perplejo por un instante. —¿Qué? Yo… yo no… —Vamos, Adrián, no hay nada de qué avergonzarse —dijo Sofía con un guiño—. Es perfectamente normal a tu edad. De hecho, me sorprendería si no te masturbaras regularmente. Aunque seguro es más que regularmente… ¿Te gustaría que hablemos sobre eso? Me sentí abrumado por la situación, pero me di cuenta de que tenía que retomar el control. —Suena más a que tú quieres hablar de eso — dije, sin saber muy bien por qué. —¿Yo? Pero si yo intenté hablar contigo ...
... de otras cosas y esta es la primera a la que reaccionas… Mierda, tenía razón. Vaya, igual no era tan boba como creía. — Pero… ¿Por qué hablaría contigo de esto? —Pues, mira, Adrián, es muy bueno tener alguien con quien hablar y desahogarse…Además, seguramente tienes curiosidad de muchas cosas y yo puedo ayudarte con eso… “Perfecto”, pensé, tenía que apostar todo a una carta. ¿quién sabe? Capaz me salía bien. — Sí, de hecho tengo una duda desde que entré: imagino por cómo se transparenta tu sostén, que tus bragas también son blancas, pero me pregunto qué tipo de bragas son… Mi tía no veía venir eso, pues por primera vez, su expresión cambió, aunque de nuevo se recompuso casi inmediatamente. Después de meditarlo un poco Sofía propuso un trato: —Mira Adrián, hagamos algo. Para que estemos en igualdad de condiciones, te propongo un trato: cada uno responde con total honestidad una pregunta del otro. Sin límites. ¿Qué te parece? Mi corazón se aceleró. —De acuerdo —dije finalmente—. Trato hecho. Pero yo empiezo. Sofía asintió, recostándose en su silla y cruzando las piernas. El movimiento hizo que su falda se subiera ligeramente, revelando un poco más de sus muslos. Tragué saliva y me obligué a mirar a sus ojos. —Bien, ya que insistes tanto en el tema, dime: ¿qué tipo de bragas llevas puestas hoy? Una sonrisa juguetona se dibujó en sus labios. Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio y entrelazando los dedos. —Un cachetero ...