Te tengo miedo, pero también te tengo ganas (3)
Fecha: 22/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: pinkdemon, Fuente: CuentoRelatos
... 18 me dice malhumorado
El tiempo se hace eterno entre murmullos, gritos, conversaciones y malos olores de repente aparece, con el torso descubierto, viene golpeado sangrando de la cabeza y de la nariz, sus tatuajes cubiertos de sangre lo hacen ver mas amenazador.
–¿Qué hace aquí señora? Me dice entre molesto y sarcástico
Mi instinto materno quiere abrazarlo, limpiarle las heridas, pero me contengo pensando en que soy la mujer no su madre.
–Tu hermana te envía estas cosas
–¿Mi hermana? o ¿usted quería verme?
No sé qué decir, se acerca sacándose la verga del pantalón, me la muestra, la empieza a masturbar frente a mí.
–¿se acuerda de ella? No me diga que no se acuerda
Algunos se empiezan a asomar por entre las rejas, de repente entra uno, me parece reconocerlo, empiezan a hacerse de palabras, José con toda la saña del mundo empieza a golpearlo así con la verga de fuera lo patea, lo golpea sin piedad, yo no sé qué hacer, si gritar o echarme a correr, solo admiro la situación.
Después de un rato, mi defensor sale limpiándose el rostro sin voltear a verme, ahora de nuevo se pone de frente cerrando la puerta violentamente comienza a masturbarse, comienzo a sentir miedo, el sin decir palabra se va acercando poco a poco, algo nerviosa me siento en la única silla que hay, el se para frente a mí, su verga ya está completamente parada, desafiante, esperando por las caricias que iba a recibir.
A cualquier mujer le parecería una pesadilla, nadie hace nada, ...
... solo observan.
–¡Apriétemela! Obedezco
–Perfecto, ah, así me gusta, ah
–No se aguante más señora ¡chúpemela!
Me ordena mientras baja sorpresivamente sus manos y aprieta mis pechos por encima de la camiseta.
–Sus tetas me fascinan, ah, son tetas de vaca en celo
Toma mi cabeza con sus manos y la empuja hacia su tieso pene, mis manos se quedan en la base de su miembro, instintivamente abro la boca y bruscamente me mete su verga, sin saber porque colaboro enrollando mi lengua en su monstruo sobándole sus testículos cauterizados.
Sin ningún pudor mamo su curtido pene, saboreándolo, nunca tuve ni tendré algo parecido en mi boca, me la saco de la garganta y le paso mi lengua desde el borde del escroto hasta la punta, viendo a los ojos a mi violento amante, y luego, de golpe, me la trago como digna hembra en celo.
–¡Ah, señora, que rico!
Me dice visiblemente satisfecho, los reos y policías que nos observan ríen y echan apuestas, yo solo soy una hembra complaciendo a su hombre, me digo a mi misma, sé que necesito esta espléndida “mazacuata” bien clavada en mí, ya nada me importa, estoy dispuesta a darles un buen espectáculo a nuestros mirones, me la saco de la boca y me froto la cara con ella, quien iba a decir que terminaría como la puta de este bastardo que supo aprovecharse de mí.
–Se le acabó el veinte señora, me dice mientras se retira metiéndose el pito al pantalón, afuera cobra lo que al parecer es una apuesta.
–¿Qué? ¿Cómo?
Salgo furiosa llena ...