1. Te tengo miedo, pero también te tengo ganas (3)


    Fecha: 22/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: pinkdemon, Fuente: CuentoRelatos

    ... de vergüenza limpiando mis lágrimas en medio de las risas de todos en especial la risa burlona del dragón, no sin antes decirle hasta de lo que se iba a morir el hijo de perra.
    
    –¿si supiste que ya desafanaron al dragón verdad? Me dice mi hijo varias semanas después.
    
    –¿y a mí que chingados me importa que lo hayan liberado?
    
    –Digo, porque te mandó a dar las gracias por aquella vez que lo visitaste.
    
    No me inquieta, pues mi marido aun a pesar de ser un mantenido igual tiene cierta fama y respeto en el barrio.
    
    –Mira quien vino a visitarnos, me dice mi marido casi con emoción
    
    –¿Es neta? Le digo mientras observo a José mirándome, lanzándome una sonrisita el muy cabrón.
    
    –pásale, no le hagas caso le dice mi marido visiblemente borracho
    
    –Disculpe señora, se emborrachó y lo traje, ¿dónde se lo pongo?
    
    Fúrica lo dejo pasar con mi marido a cuestas al cual acomoda en el viejo sillón que tenemos.
    
    –¿Que chingados haces aquí? ¡lárgate!
    
    Le digo lo mas bajo que puedo pues no quiero despertar al pendejo de mi marido.
    
    –pues, quiero pedirle perdón doña Silvia
    
    –¿perdón? ¿de qué? Si ni te conozco, órale, a chingar a tu madre
    
    Por momentos la situación se pone tensa, discutimos como un par de amantes heridos sin importar que alguien nos escuche, hasta que le propino un par de cachetadas, el no responde, se queda quieto apretando los puños, intuyo que quiere golpearme como a sus mujeres, pero no lo hace solo me mira.
    
    –¡Lárgate!
    
    –está bien doña Silvia, le ...
    ... prometo que no la voy a volver a molestar, neta
    
    Su voz seria me para en seco, no sé qué decir, lo observo despedirse de mi marido y salir.
    
    –Adiós, me dice colocándose su gorra
    
    Mi hijo llega y acomodamos a su padre en la cama, él se va a dormir pero yo no puedo hacerlo, por un lado está mi marido roncando como un cerdo y por el otro me digo a mí misma que estuvo bien lo que hice, pero aun así algo me pasa, algo me falta.
    
    Salgo a caminar, aún hay gente en la calle, camino sin rumbo tratando a arreglar mis ideas, pero inconsciente o conscientemente llego a la casa del brujo, ¿Qué haces aquí chingada madre? Me digo a mí misma, vete a tu casa me ordeno.
    
    –Buenas noches, señora, me dice don Rosendo, ¿quiere una consulta?
    
    –no gracias, solo caminaba
    
    –Ándele, pásele, ahorita voy a hacerle una limpia a la mujer del panadero, pero no me tardo, hey tu, cabrón, pasa a la señora y ofrécele algo
    
    Le dice a su hijo, quien me mira extrañado, no hacen falta palabras, solo esperamos a que don Rosendo salga para abrazarnos fuertemente, quedamos frente a frente a la luz de la luna, en medio de sus altares y fetiches, mirándonos fijamente a los ojos, me toma la cabeza con ambas manos y me atrae hacia sus labios, nos besamos tomados de las manos con besos largos y pausados.
    
    Los chasquidos de nuestros besos se escuchan con claridad, las manos del dragón recorren mi maduro y curvilíneo cuerpo, estrujan mis redondos senos, me carga en vilo con sus fuertes brazos, aprisiono su ...
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