El seductor (parte 1)
Fecha: 23/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: tunovio, Fuente: CuentoRelatos
En esta ocasión quiero narrarles otra de mi fantasías de infidelidad, una de mis favoritas. Y en esta ocasión, lo contaré con otra protagonista muy, muy especial, mi mamá, cuando era joven y recién casada. Me encanta imaginarla en una situación parecida, en donde el deseo se apodera de ella, pierde el control y se entrega a otro hombre.
Carla era la mujer más feliz del mundo. A sus 24 años finalmente se casaba con el hombre que era el amor de su vida. Había soñado con el día de su boda por mucho tiempo, y todo había salido perfecto. Su vestido blanco, elegante y sensual, se ajustaba a la silueta de su cuerpo en plena juventud, esbelto, curvilíneo, proporcionado. Con su largo y suave cabello castaño, sus ojos cafés claro y su piel blanca y suave, era la mujer más hermosa del momento. Y lo más importante para ella, era finalmente pasar el resto de su vida al lado del hombre que amaba (Andrés, mi padre).
Fue una boda de ensueño. El baile, los amigos, la familia, la comida. A altas horas de la noche, el auto nupcial llevaba a la joven pareja hasta el hotel donde pasarían su primera noche juntas. En esa cama, Carla se entregó finalmente y por primera vez al amor y la pasión de su esposo. El momento que ambos habían estado esperando finalmente se consumaba. Carla estaba en un sueño sin duda, haciendo el dulce amor con su esposo, sintiéndose mujer por primera vez, y durmiendo arrullada en sus brazos.
Al día siguiente comenzaba su romántico viaje de luna de miel. Como ...
... muchas parejas, eligieron un lugar paradisíaco donde pasarían poco más de una semana, disfrutando del mar, la arena, y de mucho sexo. Carla estaba más que lista para entregarse a su esposo cada noche, y Andrés no podía esperar por poseerla de nuevo.
Una vez registrados en el hotel, la joven pareja se acomodó en su habitación. Sin perder el tiempo, se fundieron en una deliciosa sesión de amor, antes de prepararse para salir y disfrutar de la alberca y de la playa. Carla se veía preciosa, usando un traje de baño de una sola pieza, de color negro, resaltando sus bellas piernas y un escote de lo más elegante y sensual. El contraste con su blanca piel habrían de llamar la atención de cualquiera con el que se cruzara.
Instalados en la playa, era imposible que Carla no atrajera las miradas; hombres jóvenes, mayores, solteros y casados, no podían evitar notar la belleza de la dama que acompañaba a Andrés. Más de uno habría imaginado lo afortunado que era su esposo por disfrutarla cada noche. Todos, a excepción de uno, habrían dejado que todo quedara en un simple pensamiento, una fantasía pasajera.
El hombre que era la excepción, no quitaba la mirada de Carla. Francisco era un hombre que ya se acercaba a sus 30s. De muy buen ver, atlético, castaño y bronceado, y con un don irresistible para atraer mujeres hasta sus sábanas, Francisco estaría determinado a conocer a esa bella extraña, casada o no, él disfrutaba de los retos.
Averiguando un poco más, supo que la pareja se ...