1. ¡La Concha de mi Hermana! [08]


    Fecha: 27/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... no se parecían nada a los de Katia. Y aún así… consideraba que las dos estaban muy bien. Lo digo porque Katia suele menospreciar su propia concha. No debería hacerlo. Es muy hermosa… a su manera.
    
    —¿Y qué vas a decirle?
    
    No contesté.
    
    —A ver —dijo, y me arrancó el teléfono de las manos con una sonrisa—. No te podés quedar mudo con esto. Tenés que reaccionar.
    
    —Katia, no...
    
    Demasiado tarde.
    
    Ella ya escribía.
    
    —"Carajo, Marcela. Veo tu foto y lo primero que pienso es: gorda" —leyó en voz alta—. “Por lo gorda que me quedó la chota”. ¿Ves? No es tan difícil. Vos escribís como si fueras un contador que da malas noticias.
    
    —No sé... no quiero parecer un desesperado.
    
    —No te preocupes, si total no se van a ver. Esto es un juego, Abel. Jugá y divertite. No seas tan frígido.
    
    Me callé.
    
    —Dictame algo. Yo escribo —dijo Katia, estirándose en el sillón con el celular en la mano, como si esto fuera un juego de mesa que no terminaba de tomar en serio.
    
    Pensé. Me acomodé. Fruncí el ceño, como si buscara dentro de mí la frase perfecta, la que abriría el corazón de Marcela como una flor al sol. Y entonces, lo dije:
    
    —“Estuve pensando en vos toda la tarde. Sos como un eclipse de luna: misteriosa, redonda, y me dejás ciego de deseo. No sé cómo hacés, pero cada vez que te imagino, se me derriten las ideas.”
    
    Katia se quedó inmóvil. Literalmente. Ni un músculo. Solo pestañeó, lento.
    
    —¿Qué...?
    
    —¿Te gustó? —pregunté, con una sonrisa triunfal
    
    Ella me miró, ...
    ... incrédula.
    
    —Abel. ¿Vos querés que Marcela se caliente? ¿O querés venderle libros de Neruda?
    
    —¿Muy cursi?
    
    —Es un poema escrito por un alien que acaba de descubrir las metáforas... y también las hormonas. ¿Eclipse de luna? ¿Redonda? No solo parecés cursi, sino también desesperado. Ponele onda, ¡che!
    
    Me encogí de hombros. Lo del eclipse me parecía muy potente. Aún creo que puede funcionar.
    
    —Y lo de "se me derriten las ideas", Abel... —siguió Katia, ya sin piedad—. ¿Querés seducirla o venderle un queso untable?
    
    —Está bien, está bien. Ya entendí. No nací para ser poeta. ¿Qué le dirías vos?
    
    Katia se irguió como si hubiera estado esperando esa pregunta desde que nació. Se acomodó el pelo, tomó el celular como si fuera una copa de vino y dijo, con voz ceremoniosa:
    
    —“Hoy soñé que eras una Oreo. Te separaba las tapas despacito, te chupaba el relleno… y te dejaba toda abierta y pegoteada. Después te bañaba en leche…”
    
    La miré. Parpadeé. Tragué saliva.
    
    —¿Qué?
    
    —¿Qué de qué? Es directo, sensual y tiene chocolate. Lo tiene todo. Es marketing erótico. Ya se lo mandé.
    
    —Katia, eso no es sensual. Eso es una pesadilla porno con diabetes.
    
    —Ah, perdón, Shakespeare. ¿Querés seducirla o recitarle Neruda mientras le untás una tostada?
    
    —Pero... “te chupaba el relleno”, Katia. ¿Eso te parece sutil?
    
    —Sutil no. Rico. Y no me juzgues, vos querías hablarle de eclipses como si ella fuera una astronauta cachonda. ¿El eclipse? ¿La luna? ¿En serio? ¿Es lo más original ...
«1...345...14»