Romina, camino a la perversión 01 (Corregido)
Fecha: 01/10/2025,
Categorías:
Fetichismo
Autor: RominaKioo, Fuente: TodoRelatos
Se llamaba Sofía, era la nueva esposa de papa. Era una mujer elegante, refinada, sobria y muy segura de sí misma. Sin duda hermosa y aunque a mis ojos era una señora mayor y por momentos algo distante, la verdad es que era joven, un poco más que papá, de unos 34 y mucho más jovial de lo que por entonces yo habría admitido. Se vestía con ropas finas y olía siempre a fragancias sofisticadas y costosas. No entendía como semejante mujer había logrado congeniar con mi papá, un hombre que, aunque educado, era un hombre rústico. Aunque debía admitir que se mantenía muy bien con ejercicios y alimentos mas o menos saludables. Se habían casado hacía pocas semanas y era como si hubieran salido de la nada, sin noviazgo o cosas parecidas. Desde entonces se había comportado de manera impecable conmigo. Respetuosa, cariñosa y dedicada, conmigo que, a mis recientemente cumplidos 18 años volvía a tener algo parecido a una mamá. Mi verdadera madre se había ido de casa cuando yo tenía 6 y guardaba pocos o ningún recuerdo de ella. La fiesta había sido sencilla con poca gente y bastante comedida, no por falta de dinero, sino por su propia naturaleza.
En pocos días papá había regresado a su trabajo, trabajo que era una incognita para mí porque no tenía idea qué es lo que hacía y nunca me había dado curiosidad. Se iba temprano, antes de que yo me levantara y volvía tarde, cuando yo volvía a estar en la cama. Los fines de semana si eran algo un poco más “familia normal” con paseos, vida ...
... hogareña.
Yo luchaba constantemente por ser tratada como una mujer, después de todo, ya tenía 18!!, pero creía tener lo que consideraba una maldición, grandes ojos claros, una piel muy suave, cintura estrecha y pechos pequeños. Esto, con mi altura de apenas 1,55, me hacían parecer bastante más joven, más aniñada de lo que era, por lo que siempre era confundida con una adolescente juvenil más que con una chica mayor. Por suerte mis caderas se habían ensanchado un poco en el último año y mis largas jornadas de gym me habían dado un culo que quitaba el aliento a más de uno. Lo más destacado era que mi despertar sexual había llegado con furia, sentía que vivía excitada, cachonda, caliente y descubrir la masturbación solo hizo que me volviera una adicta pervertida. No podía dejar de pensar en sexo, en besos, caricias, chupadas, en ver chicos, hombres, viejos... imaginar sus penes, sus cuerpos viriles sometiendo el mio o al de otras mujeres, desnudas, sometidas, sudadas, gimientes. con sus coños abiertos, sus tetas con pezones erectos, en mi boca...
Lo peor (o mejor) era que por las noches les escuchaba follar, si, a mi papá y a su nueva mujer. Todas las noches, hasta muy tarde, de formas que, aunque yo no tenía ninguna experiencia, pues era virgen, entendía muy bien que era sexo ardiente, desenfrenado, sexo que no parecía que intentaran disimular de ninguna manera, guarro, degenerado. Claro que era joven y sin experiencia real, pero tenía amigas y amigos en el instituto y tenía ...