Romina, camino a la perversión 01 (Corregido)
Fecha: 01/10/2025,
Categorías:
Fetichismo
Autor: RominaKioo, Fuente: TodoRelatos
... acceso ilimitado al porno. Entendía cada vez más y mejor qué es lo que pasaba en la habitación de papá. Con mis amigas y amigos, algunos mucho mayores que yo, hablábamos, nos contábamos cosas y lo que más les gustaba hacer era incitarme, desafiarme a ver porno en mi móvil. Porno duro, putas sometidas, rodeadas de grandes pollas negras, con cantidades brutales de leche en sus caras, chorreando desde sus culos abiertos de manera antinatural, transexuales que a primera vista eran mujeres preciosas pero que tenían penes gigantes corriéndose como caballos, orgías de orina y escupidas, abusos y cosas más salvajes, mujeres asquerosas con animales, perros, caballos, cerdos… y cosas mucho más depravadas. Por supuesto lo hacía, riendo, simulando no tener interés, escandalizándome o asqueándome con horror frente a ellos, pero en mi interior me ponía loca de excitación, me mojaba como una guarra, me estremecía, notaba mi coñito apenas poblado de rubios y casi invisibles pelitos, palpitar con furia, chorrear, lanzarme oleadas de estremecimiento. Luego en la noche, terminaba en maratónicas sesiones masturbatorias, espatarrada desnuda en mi cama, mojando todo, tocándome, hundiendo mis dedos, pellizcando mis pezoncitos, buscando desesperadamente qué meterme… el cabo de un cepillo para el pelo, un desodorante, frotarme con la almohada o alguno de mis más amados osos de peluche. Todo mientras volvía a ver esos sitios de porno extremo que me habían desafiado a ver en el día en el instituto. ...
... Al mismo tiempo, mientras mi móvil estaba silenciado mientras reproducía videos demenciales, escuchaba de fondo los gemidos de mi papa y su mujer, escuchaba como se decían las cosas más sucias, como gruñían, como Sofía pedía que le reviente más fuerte el culo o le llene la boca de leche mientras la cama crujía y golpeaba contra la pared.
Yo aprendía más y más. Cómo tocarme, donde pellizcarme, usar mis babas chorreantes al correrme para lubricarme mejor, gangbangs, bukkake, mamadas que atragantaban hasta el vómito, squirt convertidos en chorros de orina, pollas de caballo que imaginaba tan gruesas como mis piernas, bdsm con torturas infernales y deliciosas… incesto. Incesto y scat, enfermos degenerados y putas asquerosas entregadas al incesto y al scat. Cada día me sumergía más y más en lo degenerado y pervertido. Y cada noche escuchaba, asistía a esas escenas sonorizadas con las folladas salvajes de mi papá y de mi madrastra… mi mamá. Si, llamarles en mi mente papá y mamá le daba más morbo. Se que todo eso habría debido escandalizarme, indignarme, aterrorizarme, asquearme. Sentir una vergüenza y malestar profundo, pero no, me gustaba, me gustaba mucho y me ponía endemoniadamente caliente. “No sos más que una sucia puta, una pajera, una guarra, una enferma” me decía en mi mente, una degenerada como esas japonesas asquerosas que me habían enseñado una vez, que se retorcían de placer en suelos vomitivos, cubiertos de inmundicias inimaginables. Y me corría, acababa en orgasmos ...