La familia del marido de mi hermana (13) - Relatos Eróticos

La familia del marido de mi hermana (13)

... algo tan… diferente. No pensaba que sería capaz de hacerlo.

- Pero lo hiciste y disfrutaste. ¿Dónde estás ahora?

- En la casa de campo, tumbada en bikini sobre una hamaca.

- Supongo que Cristóbal no está cerca.

- No. Se ha tenido que ir a la ciudad por motivos de trabajo.

- Entonces… ¿Te has quedado sola?

- Pues si. – noté una un suspiro tras el auricular.

- ¿Y es sexy el bikini?

- Bueno… no sé si lo será, pero me lo compré el viernes pensando en ti.

- ¿No me digas que te has comprado un tanga?

- Ufff… No me atreví a tanto, aunque es bastante pequeño. Hasta Cristóbal se ha sorprendido.

- Seguro que le ha gustado verte con el.

- Jajaja… La verdad es que ha dicho que me quedaba muy bien.

- ¿Y no te ha echado un polvo?

- ¡Qué bruto que eres! No pienso contarte mis intimidades.

- Me da que eso es un “si”.

- Ya te he dicho que no te voy a contar las intimidades con mi marido pero… te puedo contar otras.

- ¿Como cuáles?

- ¿Te acuerdas que me hablaste de unas páginas web?

Puse en marcha mi cabeza y recordé que le había pasado una par de páginas de porno.

- Si. ¿Les has echado una ojeada?

- Una no, varias, jijiji.

- Eso es que te han gustado. – puse voz de pillo.

- Bufff… Si te digo la verdad, no podía parar de verlas. Son videos cortos, pero muy intensos.

- ¿Te has excitado viéndolos?

- Pues… si. – dijo con timidez.

- Y… ¿Te has masturbado?

No podía verla, pero podía adivinar la vergüenza dibujada en ...

... su cara estirada y angulosa.

- Si. – dijo finalmente de forma corta y seca.

- No te tiene que avergonzar reconocerlo. La masturbación es algo natural y cuando uno se excita y no tiene con quien compartirlo, pues se masturba. Yo lo hago a menudo.

- ¿Ah, si? – preguntó incrédula.

- Pues claro. – intenté imprimirle confianza – Es raro el día que no cae una pajilla, jejeje.

- Pues a mí antes no me pasaba eso. Es verdad que lo hacía alguna vez, pero desde que estuve contigo la primera vez… - no acabó la frase y lo hice yo.

- Te masturbas, ¿Verdad?

- Si, pero es que… algunos días hasta dos veces. – me confesó finalmente.

- Será que quieres recuperar las pajas que llevas de retraso. – la vacilé con el lenguaje burdo y descarado.

- ¡No te cachondees, joder! – replicó intentando poner indignación en la voz.

- Perdona, era una broma. – noté que me había pasado y volví al tema en plan comprensivo.

- No, en serio. Me parece fenomenal que te masturbes una vez, dos, o las que te apetezcan. No hay que evitar el placer cuando el cuerpo te lo pide. ¿Qué tipo de videos te han gustado más?

- Bueno… no sabría decirte. He visto tantos que me es difícil decidir.

- Pero habrá habido alguno que te haya gustado más que el resto. O dicho de otra forma, que te haya excitado más que los demás.

Se hizo un silencio y no respondía. Le dejé que pensara, sin agobiarla, y al cabo de unos quince o veinte segundos contestó.

- Me da un poco de vergüenza.

- Pensé que ...