1. Mis dudas sobre Adriana (capítulo 2)


    Fecha: 06/10/2025, Categorías: Grandes series, Autor: ArturoFish, Fuente: CuentoRelatos

    ... que ya no podía controlar.
    
    —¿Ósea que ya estrenaron la piscina como se debe? —preguntó burlón Mauricio.
    
    —¡Pues claro! —contestó Sebastián animado y con algo de doble sentido que mi cansancio no me dejó entender— ya estuvo nuestra parte hecha. Y la cosa promete mucha piel, ¿no cierto, Carlitos? —me dijo codeándome y sonriendo aún más pícaro.
    
    Yo no entendí lo que me quiso decir y apenas le contesté con una sonrisa, ni siquiera sentía las fuerzas suficientes para levantar la mirada y regañarlo por mirarle el culo a mi mujer.
    
    Como a los diez minutos llegamos a la quinta, Sebastián se bajó para abrir la puerta y entrar el carro. Ya era casi la una de la mañana y por eso ni Adriana ni Julieta salieron a recibirnos como lo merecíamos después de tanto esfuerzo.
    
    —¿Y las chicas? —preguntó Mauricio tan extrañado como yo por la ausencia de las bienvenidas.
    
    —Debieron caer como focas —contestó Sebastián mientras terminábamos de sacar todas las maletas del baúl del carro— claro fue que la lucha en la piscina fue fuerte, nos dimos muy fuerte.
    
    —Me imaginó —dijo sonriendo Gabriela.
    
    La verdad, apenas si vi de reojo la quinta y su famosa piscina, se veía bien, pero yo ya llevaba los ojos cerrados y la mirada perdida. Sebastián nos mostró la cocina, donde guardamos como pudimos toda la carne y las cosas que llevábamos y luego nos enseñó las habitaciones. Subí con él hasta la puerta de nuestro cuarto y antes de entrar me dijo algo que hasta ahora comienzo a ...
    ... entender:
    
    —No hagas mucho ruido, que la pobre cayó como una piedra después de todo el ejercicio.
    
    Me dio una palmada en la espalda y bajó mientras yo, con el cuidado que él me había dicho, me quité los zapatos, abrí la puerta y comencé a caminar hacia la cama. En efecto, Adriana estaba tan dormida que ni sintió mi presencia, estaba de espaldas, sin ninguna sabana encima y, para mi sorpresa, completamente desnuda.
    
    Me quedé mirándola un momento. Lo primero que me dio fueron ganas de quitarme toda la ropa y tirármele encima para cogérmela como en mis mejores épocas, pero ella parecía tan profunda y tan cansada que ni siquiera se movía, seguramente ni siquiera sentiría mi pito delgaducho si se lo metía en ese momento. Entonces, resignado me quité la ropa, me dejé en calzoncillos y con ese mismo cuidado me acosté a su lado sin moverme mucho para no despertarla. Su cuerpo se veía precioso iluminado por los rayos de la luna que entraban por las ranuras entre las persianas, su cintura se veía más delgada y su culo se veía redondo, como una montaña gigantesca. Me la imaginé con el bikini negro nadando en la piscina, a Sebastián con la boca abierta mirándola mientras disimulaba su erección bajo el agua y a Julieta jugando entre los dos como la niña grande que parecía ser.
    
    Me los imaginé riendo, jugando, ellas sobre los hombros de él, y él aprovechando la ocasión para meterle mano a su novia y, cuando se dejara, a mi mujer también. Me los imaginé riendo por el descuido de Adriana al salir ...
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