1. La aventura sexual de Los Simpson


    Fecha: 08/10/2025, Categorías: Humorísticos, Autor: Mark, Fuente: TodoRelatos

    ... mucho a su hijo por no ser despedido de la planta nuclear. Cada error de Homero se traducía en sendas visitas de Bart a la rosada casa de Smiterrs.
    
    —Ahí voy, respira hondo— dijo Bart mientras le clavaba su pija en el estrecho culo de Todd.
    
    —Ahhhh
    
    —No llores hermanito
    
    —Ahh, es muy doloroso, pero placentero.
    
    —Disfrútalo, y tú prepárate que después te toca— le dijo Bart a Rob mientras empezaba con el mete y saca acompasado. Los gemidos de Todd llenaban la habitación.
    
    Homero jamás se imaginó tragando tanto semen como ese día. Ni siquiera en sus pasos por la prisión. Siempre le pedían ser el hombre y no la mujer. Este Ned, era un insaciable.
    
    —Ahora debo irme Ned, ya veo la luz.
    
    —Pues le dices que se espere- largo Ned con vos de hombre potente y autoritario- De aquí no te vas si probar todo el menú.
    
    —Pero cariño, que dices- susurro Homero casi con temor
    
    —Ja, ja,ja. No Morse, es que digo...no te vas a ir si probar tu parte favorita, esa que tanto tardaste en entregarme.
    
    —No sé a qué te refieres amorcito
    
    —Pues a la culebrilla mi vida- imprevistamente le agarro la cara con las dos manos y la atrajo hacia él. Le dio un beso de lengua que a Ned le supo a cerveza y a Homero a menta fresca. El pobre Homero sintió la lengua de Ned en la garganta, pero estaba entregado, sabiendo que faltaba poco para terminar. Pero no era así. Ned salto de la cama y se dirigió al otro lado de la habitación. Tomo un poco de impulso y salto cayendo justo sobre Homero. ...
    ... Metió su fuerte mano debajo del vestido y le bajo el slip. Acercó su boca al culo de Homero y se lo empezó a chupar. Homero no lo podía creer. Jamás había sentido esa agradable sensación. La lengua fresca de Ned escarbando en su ano al mismo tiempo que ese poblado mostacho le daba pequeños pinchazos de placer. Pero la alegría se terminó cuando imaginó lo que seguía. Dejo de sentir la saliva de su vecino para verse invadido por un dolor atenazador. Sentía un monstruo entrando por sus entrañas estrechas. Un monstruo demasiado gordo para esa cañería. Pero el monstruoso pene insistía. Retrocedía y avanzaba metódicamente sin rendirse y dándole dolor y placer por igual. El que sí estaba ya rendido y entregado era el propio Homero. Sintió destruida su hombría por ese pene portentoso que Ned Flanders, el imbécil y musculoso, y atractivo, y perfumado Ned Flanders introducía con amor y placer en su trasero. Y deseaba que siguiera haciéndolo, más fuerte, más fuerte, hasta que sintió que su propio pene, ahora cogido por fuerza por una mano ajena era masturbado.
    
    Acabaron los dos casi al mismo tiempo
    
    —Oh, Ned...— susurro Homero y se quedó planchado de tanto placer
    
    —Oh, Homero...— susurro Ned y cayó rendido a si lado.
    
    Pasada la madrugada Ned se despertó por los profundos ronquidos de Homero. Lo terminó de desnudar quitándole las ridículas prendas femeninas que le quedaban y la estúpida peluca que alguna vez usó la frígida de Morse. Acarició con amor todo el cuerpo sudado de Homero y ...
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