Mi primera vez jugando a las pelotas
Fecha: 10/10/2025,
Categorías:
Gays
Autor: SingularHot, Fuente: TodoRelatos
... obvio, estaba deseando vérsela, la verdad. Acabamos el porro y entramos a la casa a comer y jugar un rato a los videojuegos mientras esperábamos que mis padres llegaran.
15:40 PM:
A la hora de comer, mi madre nos llamó a la mesa. Había paella, y mientras servían empezaron las charlas de siempre: política, mujeres, cosas que a mí no me interesaban en ese momento. Mi padre, entre risas, soltó una broma sobre cuándo iba a conseguir novia. No sabía que no soy heterosexual; los únicos que lo sabían eran ellos dos, y quizás por eso la broma me atravesó más de lo normal. Sentí el calor subirme a la cara, pero entonces Jorge me lanzó una sonrisa rápida, como diciéndome en silencio que no le diera importancia. Ese gesto me tranquilizó, aunque los nervios acumulados hicieron que el tenedor se me escurriera de la mano y cayera bajo la mesa, justo cerca de los pies de Aaron.
Me agaché para recogerlo. En ese instante, sentí cómo el pie de Aaron rozaba mi muslo con descaro, casi como una broma privada. Alcé la vista instintivamente y, desde esa perspectiva, me encontré con el pene dormido sobresaliendo del bañador de Jorge. No llevaba nada debajo. Su amiguito descansaba, pesadamente, a pocos centímetros de mi cara. Estaba relajado, pero incluso así imponía. Me quedé congelado un segundo, con el corazón golpeándome fuerte, antes de volver a mi sitio como si nada hubiera pasado.
16:40 PM:
Como buena casa española, después de comer nos echamos la siesta. Yo tenía el ...
... estómago un poco pesado por la paella, así que decidí tumbarme en mi cama. Mis primos aún no tenían sus camas listas, así que les ofrecí compartir la mía. La cama era grande, así que cabíamos perfectamente. Me tumbé entre ellos dos, haciendo algo parecido a una cucharita. Al instante, ambos parecían acomodarse para dormir, Jorge estaba detrás de mí, respirando profundo, sentía su musculado torso inflarse y desinflarse chocando con mi espalda, cayó dormido al instante y después de un largo rato en el que no podía dormir pensando en la imagen de la polla de Jorge debajo de la mesa, lo que más me llamaba la atención era otra cosa: su polla dura, bien dura, presionando contra mi cintura y mis nalgas. Era imposible ignorarla; cada pequeño movimiento mío la hacía rozar mi piel, provocándome una mezcla de nervios y excitación que no podía controlar. Me quedé inmóvil, intentando no hacer ruido, pero cada roce era un recordatorio de su tamaño y firmeza.
Aaron, a mi lado, había girado de cara hacia mí mientras levantaba un brazo. Su axila quedaba a escasos centímetros de mi cara y el olor del calor mezclado con su sudor corporal era embriagador, mi nariz se retorcía de placer. No podía evitar inhalar profundamente, acercando un poco más mi cara, sintiendo su sudor y la textura de su piel. El contraste entre la dureza de Jorge rozando mis nalgas y la cercanía de la axila de Aaron casi rozando mi cara era imposible de ignorar.
Después de un rato de tener la polla de Jorge rozando mi ...