Mi primera vez jugando a las pelotas - Relatos Eróticos

Mi primera vez jugando a las pelotas

... pensarlo pasó un dedo por mi clavícula, recogiendo la gota. La sonrisa con la que me miró después me hizo latir el corazón con tanta fuerza que pensé que se me notaba en la piel.

9:00 PM:

El sol ya se había puesto, sumergiendo el cielo en tonos púrpura y naranja que se reflejaban en el mar. Fuimos a cenar con mis padres a un chiringuito cercano, donde la brisa marina mezclaba el aroma del mar con el olor de la comida. Pedimos unos bocadillos y, mientras comíamos, Aaron nos preguntó con una sonrisa pícara: "¿Algún día lo habéis hecho en la playa?". Jorge y yo soltamos una carcajada. Él confesó que sí, una vez cuando era más joven con una chica, y que había sido uno de los mejores polvos de su vida. Yo, en cambio, confesé que soy virgen y que no había hecho nada con nadie aún. Ellos se quedaron sorprendidos y me dijeron que era lo mejor que podía hacer. Las primeras veces de Aaron habían sido en la playa, a los 15 años, con una chica que se enamoró de él después de eso, pero que él no quiso tener nada. Él es muy así de usar a las mujeres en el sexo, muy picaro, jajajaja.

Después de cenar, volvimos a casa. La noche era cálida y el aire estaba cargado de expectación. Decidimos ducharnos juntos, sabiendo que era una excusa para lo que realmente queríamos. Nos desnudamos al mismo tiempo, y quedé impresionado por los cuerpos de mis primos. Jorge, con su musculatura definida, y Aaron, con su delgadez y su sonrisa traviesa, eran una visión irresistible. Yo fui el primero en ...

... meterme en la ducha, y no podía apartar la mirada de sus pollas, grandes y erectas. Se rieron de mí por avergonzarme, pero me aseguraron que era normal. Aaron me dio una palmada en el culo, dejándome sin habla.

Entramos en la ducha y el agua tibia caía sobre nosotros, creando una niebla que envolvía nuestros cuerpos. Empezamos a enjabonarnos mutuamente, y sus manos exploraban cada rincón de mi piel. El contraste del agua fría y sus manos calientes me hacía estremecer. Aaron se agachó y comenzó a chuparme el ano, mientras Jorge me sostenía una pierna y me besaba el cuello, masturbándonos mutuamente. El placer era intenso, y gemí flojamente. De repente, noté que Aaron me metía dos dedos en el ano, y el placer se intensificó. Jorge me puso la mano en la boca y, cuando vio que me callaba, me la movió al cuello y comenzó a acariciarlo y a ahorcarme suavemente. De repente, sentí algo mucho más grande entrar dentro de mí. Era el gran miembro de Aaron, del cual había estado fantaseando todo el día. Empecé a arañarle la espalda de placer, y él se agachó y comenzó a chuparme la polla mientras que Aaron me empujaba a la pared aun con su polla adentro para que me pudiera apoyar en ella. El agua resbalaba por nuestros cuerpos, creando un juego de luces y sombras que bailaban sobre nuestras pieles sudorosas. Luego me cambiaron de posición y me agacharon más la espalda. Aaron me sacó la polla completamente y se turnaron. Ahora yo le estaba chupando la polla a Aaron y Jorge me la estaba ...