Trío con mi sobri y su novia (parte 1)
Fecha: 10/10/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: LauJo, Fuente: CuentoRelatos
... rato sonó el timbre. Nacho llegaba puntual.
Estaba más guapo incluso que de costumbre. Qué bien le sentaba el verano. Una remera roja ajustada al cuerpo, marcando los abdominales, bermudas por encima de la rodilla, ni un pelo en las piernas, depilado como un nadador. Dos besos cariñosos, apretándome contra él, lo que hizo que con mi sujetador fuera una experiencia muy interesante… y me presentó a María.
Qué monada de niña. Todos mis prejuicios se vinieron abajo al verla. Era una chica que irradiaba dulzura, no la putita con las que acostumbraba a salir. Un poco más joven que Nacho, era más o menos de mi altura y de mi peso. Le di dos besos y les hice pasar. Cuando entraron, me fijé en que el vestido azul claro que llevaba le hacía un culito perfecto. Muy discreta por delante, poco pecho, pero con un puntito muy sexy por detrás. Era una muñeca.
Les serví una copa de vino a cada uno y otra para mí y empezamos a hablar. No quisieron contarme cómo se conocieron, algo misterioso había ahí que me hacía sospechar. Imaginé Tinder o alguna cosa así.
Cuando nos dimos cuenta, ya estaba sirviendo la segunda botella. A medida que la conversación avanzaba, yo ya era “tía Lau” para los dos. Me estaba divirtiendo con ellos y me encantaba ver cómo Nacho la tocaba en cuanto tenía ocasión y pensaba que yo no les estaba viendo.
Me encantó el beso que le dio cuando fui a buscar la tercera botella. Lo vi todo en el espejo del pasillo, agazapada como una tigresa de caza. Se echó ...
... encima de ella cuando me vio alejarme, sin saber que yo estaba espiándoles. Ella no le rechazó, sino que sus manos buscaron el culo de Nacho de una forma muy muy sensual. La muñequita también sabía jugar. Les vi un rato y luego tosí para darles tiempo a colocarse, muy formales.
Cuando terminamos la botella, estábamos todos bastante animados. No estábamos borrachos, pero casi y a todos se nos había soltado la lengua. Y algo más que la lengua.
-Supongo que ahora ya no se hace, pero antes, cuando queríamos ser atrevidos, jugábamos a la botella -me reí un poco como una tonta
-Tía, qué traviesa eras -contestó María con una sonrisa
-Ahora hay apps para eso -rio Nacho
Se acercó a mí desde el sofá y buscó algo en la pantalla de su iPhone. Seleccionó una app y me la enseñó.
-Tía, ¿te animas?
-Lo pondremos en modo soft -dijo Nacho-. Puede ser muy divertido
Sabe Dios por qué, acepté.
-La app propone retos y, si se falla, impone un castigo. Pero estamos en modo soft, tía, para preguntas y para penitencias -la sonrisa de Nacho derretiría un iceberg.
-Juguemos, venga -acepté yo, entre escéptica y excitada
-“¿Quién te dio tu primer beso con lengua?” -me preguntó el teléfono. Y eso que era la versión suave.
Las siguientes preguntas eran muy muy blanditas y sus penitencias también. Fui a buscar otra botella y cuando bebimos la primera copa, les dije que me aburría con aquella cosita de quinceañeras.
-¿Jugamos unas rondas en modo más fuerte? -propuso Nacho y ...