Parejas de Conveniencia - Relatos Eróticos

Parejas de Conveniencia

... ante, pero allí estaba mi tía y su hija en recepción esperándonos. La besé fríamente, ella me abrazó cálidamente. Nos dieron las gracias por asistir y me pidió perdón.

– ¿De qué te tengo que perdonar? – Le pregunté intrigado. Ella no dijo nada, me volvió a abrazar aún más cálidamente y me susurró al oído…

– Por arrastrarte a Alemania con las cosas que tienes que hacer en tu negocio.

– Necesitaba unas vacaciones, trabajar tanto no es tan bueno…

Nos dijeron que estaban muy justos de habitaciones y que si no me importaba compartir habitación con mi madre. Yo le insté a instalarme en otro hotel, pero mi madre insistió en que compartiésemos la habitación. No puse más reparos y subí directo a instalarme en la habitación. Los familiares se marcharon y nos quedamos mi madre y yo solos en el hotel.

Ella tiene actualmente 55 años, y si tuviera que definirla con una sola palabra, sin lugar a dudas la palabra sería… atractiva. Contrariamente a mi padre, mi madre siempre ha sido risueña y feliz… así llegaba a Oldemburgo. Nos instalamos en la habitación 619. En la recepción, nos encontrarnos con unos conocidos del aeropuerto, y decidí entablar una amistad nueva con ellos, me parecían simpáticos y muy agradables, pero sobre todo porque se parecían mucho a nosotros… el de ir en pareja con nuestras madres, curioso al menos.

Ese día y el siguiente fueron especiales, no solo por conocer a Araceli y Antonio, sino porque su relación nos inspiró para reverdecer la nuestra, la ...

... mía con mi madre, rompiendo líneas rojas que nunca pensé que se romperían. Sí, como dije y ya he descrito, me follé a mi madre y lo disfruté.

Ya era viernes, solo nos quedaba un día para la boda y mi madre y yo esperábamos el ascensor para subir a nuestra habitación. Nada más quedarnos a solas en el ascensor mi madre se abrazó a mi cuello, me besó en los labios, me miró a los ojos y con tono grave me dijo…

– Lo siento hijo, he sido tan mala madre para ti.

Yo, hasta ese preciso momento, había mantenido intacta mi postura… estirada, distante y poco participativa, pero mi madre me desarmó, fue la primera vez en mi vida, que yo recuerde al menos, que recibía una caricia de mi madre. Me abracé a ella y la colmé de atenciones en la habitación. Apenas habían pasado unos minutos cuando estaban golpeando la puerta de la habitación. La abrí y nada más entrar vimos que eran nuestro vecinos de la 617, la pareja que habíamos conocido poco antes en la recepción… Araceli y su hijo Antonio. Quedamos para vernos más tarde para comer. Nos volvieron dejar solos en la habitación y mi madre se fue a darse una ducha para bajar a recepción.

Yo creo que fue la emoción del momento o el inesperado reencuentro con una madre que nunca disfruté, pero me sentía especialmente contento con ella…o quizás confuso, y, sin pensarlo, entré en el cuarto de baño y le dije a mi madre que yo la secaría con la toalla. Ella salió encantada por el ofrecimiento y yo envolví su cuerpo desnudo con la toalla y ...