Carta a mi sumisa - Relatos Eróticos

Carta a mi sumisa

[Este relato contiene temas de humillación psicológica extrema, crueldad, misoginia, prostitución, consumo de drogas, Si estos temas te resultan desagradables, por favor, no leas este relato. Se trata de pura ficción y de una serie de fantasías que nunca deben confundirse con la realidad. Si algún tema de este relato puede servirte de desencadenante para desear hacerlo real, no lo hagas y busca ayuda. En cualquier otro caso, disfruta del relato, valora y comenta si puedes. Me haría mucha ilusión]

Carta a mi sumisa

Hola, puta.

Como ves, he decidido aceptar tu súplica de que me dirija a ti de una manera degradante desde el principio.

Mi idea de una sesión de dominación suele consistir en un comienzo suave para, conforme avanza la sesión, ir volviéndose más y más dura y humillante, basándome en las señales que la sumisa da para avanzar. Creo sinceramente que un amo no debe ser un monstruo egoísta sin sentimientos, ética ni límites. Por contradictorio que pueda parecer, incluso las relaciones BDSM tratan del placer de todas las personas involucradas, sean sumisas o dominantes.

Pero en tu caso, después de unas cuantas sesiones, noté tu frustración, tu insatisfacción. Estás bien entrenada y no te atreviste a pronunciar ninguna queja sobre la manera en que tu amo te domina, pero podía leer en tu mirada la idea de solicitar tu libertad para abandonarme y buscar otro amo que te diera lo que querías.

No negaré que aquello fue un golpe para mi ego. Todas las demás ...

... sumisas que he tenido en mi vida parecían estar absolutamente encantadas con mi tratamiento. Así que me tomé este asunto como un reto.

Como sabes, hace aproximadamente dos semanas, nos sentamos a conversar y te di permiso para expresarte con total franqueza y dijeras lo que de verdad pensabas, incluso críticas hacia mí.

¿Sabes, basura? Tus primeras sugerencias no me sorprendieron. El control de los orgasmos por parte del amo es algo bastante habitual. Tu cuerpo me pertenece y, por tanto, sus orgasmos también. Yo decido cuándo los tienes y cuándo no. Y tu idea sobre el edging también me pareció lógica. Es cada vez más frecuente la práctica de masturbarse hasta llegar casi al climax y entonces parar, negándose el orgasmo. Y luego, vuelta a empezar, repitiendo el ciclo hasta entrar en un estado mental de absoluta desesperación.

Pero continuaste desarrollando lo que yo entonces catalogué como una simple fantasía. Era tan depravada que me costaba tomármelo como algo real. Aunque no me suele gustar perder el tiempo con pervertidas que sueñan con cosas extremas pero luego se echan atrás, mis fracasos anteriores para satisfacerte me hacían sentir obligado a compensarte del alǵun modo. Así que me comprometí contigo a jugar a lo que proponías, convencido de que nunca lo haríamos realidad.

Por eso, zorra de mierda, debo confesar que tu progreso sí que me sorprendió. Después de una semana de sesiones diarias de masturbación de una hora de duración sin orgasmos, parecías más ...