1. Carta a mi sumisa


    Fecha: 16/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: stahl79, Fuente: TodoRelatos

    ... disfruten?
    
    -Ahhhh... permiso para tocarme, amo.
    
    -Ni lo sueñes, puta de mierda. Te vas a quedar ahí sentada y quieta, escuchándome mientras critico todas y cada una de tus fantasías, de los deseos más íntimos que te han mantenido con esperanzas de ser feliz durante todo ese periodo de tiempo perdido que llamas tu vida ¿Me oyes bien? Voy a coger cada uno de tus sueños más queridos, esos sueños que nunca confesaste a nadie hasta ahora porque sabías que provocarías repugnancia, y los voy a pisotear delante de ti hasta que solo sean polvo. Y luego... luego... escupiré y mearé sobre ellos... ¡No! Te haré a ti escupir y mear sobre ellos. Mientras tanto, pensarás en cómo has confiado en tu amo para contarle algo tan profundo y personal, solo para que él se aproveche de tu confianza y la use contra ti.
    
    -Dios, amo... creo que estoy a punto de correrme... ahhh... permisoooo
    
    -¿Sin ni siquiera tocarte? Parece que toda la semana de edging ha vuelto muy sensible a ese coño inútil. Está bien, perra. Te concedo permiso para correrte. Pero solo porque quiero usar tu orgasmo como herramienta de condicionamiento para que asocies el placer de correrte a la humillación que estás sufriendo ahora mismo.
    
    -Ahhhh, gracias, amooooo.... me corro... destruya mi mente, arruine mi vida, por favor...
    
    -En una cosa tenías razón, payasa. Has despertado en mí unos deseos sádicos que no sabía que tenía. Aún no sé qué haré al respecto, pero creeme, tú lo sufrirás.
    
    En ese momento, creí ...
    ... percibir en tu rostro casi deformado por el placer del orgasmo, negado durante siete días, una sonrisa de triunfo. Tenía pensamiemtos contradictorios. Una satisfacción por haber conseguido por fin darte lo que querías, pero también un deseo de borrar esa sonrisa de tu boca de chupapollas.
    
    Al día siguiente, desperté asustado por mi reacción del día anterior. Me excitaba esta nueva dinámica, pero al mismo tiempo, sentía un vértigo alarmante, una sensación que rara vez experimentaba como amo: la pérdida del control de la situación. Por tanto, decidí no mover ficha por ahora, hasta que pudiera poner en orden mis pensamientos. Seguiríamos adelante con tu plan de las dos semanas de autodegradación en solitario, bajo mi muda supervisión.
    
    A pesar de haber visto de todo en el porno o haber leído auténticas atrocidades en relatos, las fotos, vídeos y textos que me mandabas regularmente me impactaron. A lo largo de la primera semana, fui testigo visual de tus sesiones de edging (cada vez más duras) y tus palabras autodegradantes en las que te insultabas de maneras increíblemente creativas y en las que demostrabas una capacidad para expresarte sorprendente para una persona que se estaba masturbando. En especial me gustó que te definieras como "un felpudo en la puerta de un depósito de estiercol" o "voluntaria para un experimento psicológico en el que se pretendía medir de manera práctica el nivel de violencia de presos condenados por violación". También me hizo arquear las cejas tu deseo ...
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