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Pesadillas de terror. La señora Isabel. parte 2
Fecha: 22/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: sumisso, Fuente: TodoRelatos
... agarrándolas con sus dos manos por el asa. Deseaba suplicar a la vieja señora que me quitase las pinzas, pero ella no prestaba la menor atención a mis pinzas, como si nos la llevase puestas. Comprendí que no tenía intención de quitarme las pinzas todavía y alargaría mi dolor. Se acercó hasta mi sujetando la cazuela . -Estoy segura que tienes hambre. Te he cocinado algo muy rico que sé que te encanta – Destapó la cazuela y comprobé como su interior estaba repleta de un tipo de verdura fácilmente reconocible. Era una verdura crucífera de color blanco que al cocinarla se vuelve blanda y despide un pequeño olor algo repugnante . ¿Sabéis de que hablo?... En efecto, era coliflor blanca. Aquel tipo de verdura lo odiaba con toda mi alma, era una comida que me producía verdaderas nauseas. La señora Isabel había cocinado aquello solo para castigarme y burlarse de mí. ¿Cómo sabía la señora Isabel que yo detestaba aquel alimento?. En ese momento me acordé, hace unas semanas había discutido con mi madre ya que había cocinado esa verdura que tanto odiaba, aquello produjo una discusión y terminé tirando el plato a la basura mientras se lo reprochaba faltando al respeto a mi madre. La señora Isabel al estar siempre en su jardín y vivir en aquellas casas que apenas había discreción pudo presenciar todo. -Ahora vas a comerte toda esta cazuela de coliflor que he cocinado especialmente para ti. Te advertí que si yo fuese tu madre ibas a aprender modales y a respetarme, pues ahora lo ...
... vas a hacer. ¿te gusta tu comida? – Me preguntó. Ladeé la cabeza negativamente, no iba a comer aquella comida tan detestable bajo ningún concepto. -¿No te gusta?... eso es porque no la has probado con mi condimento especial, jajaja – La señora dejó la cazuela en el suelo frente a mí y se levantó su delantal. Se inclinó de cuclillas dejando sus botas altas de goma a ambos lados de la cazuela y comenzó a orinar dentro del recipiente metálico lleno de verdura blanca. Orinaba con fuerza y sin parar llenando las verduras con su líquido amarillo. Tras terminar de orina, la vieja señora Isabel agarró una silla de madera que había en el sótano y la colocó junto a mí. Se sentó en la silla y agarrándome por el pelo me acercó hasta ella quedando de rodillas a su lado. La señora quedo sentada tras de mí, a mi espalda. Pegó su cuerpo al mío de tal forma que mi espalda quedaba pegada a su abdomen entre sus piernas mientras ella permanecía sentada -Ahora voy a quitarte la cinta americana…. ¿sabes qué pasará si escuchó una sola palabra o intentas pedir ayuda ?...- Colocó su enorme bota de lluvia sobre las pinzas de mis testículos y las pisó contra el suelo. La pinza clavada entre la suela de su bota y el suelo me produjo un dolor que se hubiese escuchado el grito en todo el pueblo sino hubiese estado amordazado. Lloré desconsoladamente por el dolor al pisarme con su suela de goma sobre la pinza que clavaba mis testículos. -Esto es lo que te ocurrirá si escucho una sola palabra, así ...