1. Pesadillas de terror. La señora Isabel. parte 2


    Fecha: 22/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: sumisso, Fuente: TodoRelatos

    ... que calladito – La señora cortó con la tijera las interminables capas de cinta de embalar que había sobre mi boca y sacó sus sucias bragas del interior. Respiré exhausto por la boca, hacia horas que no podía respirar por la boca amordazada. La señora Isabel metió su guante dentro de la cazuela y agarró un puñado de verdura mojada con su orina. Me rodeó por detrás con su carnoso brazo y su otra mano repleta de verdura la introdujo en mi boca. Fue realmente repugnante, odiaba esa comida, era superior a mí su sabor, pero ahora tenía un gran puñado de verdura triturada y mezclada con orines en mi boca.
    
    -Mastica y traga…. – La vieja señora metía su mano enguantada dentro de mi boca cargada con más trozos de verdura. El sabor de la coliflor era horrible, lo detestaba y más aún con sabor a orines pero averigüé que lo que realmente me daba más repugnancia eran sus guantes de goma sucios. Sus guantes desprendían un fuerte olor a goma y suciedad, estaban marrones por sus dedos y estaba grasientos, era goma rancia, pasada y sucia. La señora adoraba esos guantes sucios que olían literlamente a haces.
    
    La cazuela era grande e interminable, tras varios puñados estaba saciado, no deseaba comer más, deseaba que terminase mi humillación cuanto antes. Comencé a dejar en la boca los trozos de verdura sin tragar. La vieja señora se empezó a impacientar. Decidí quejarme, no quería más de aquella detestable verdura.
    
    -¡¡No quiero más, es asquerosa la comida ¡¡– La reproché. Algo que no debí ...
    ... de hacer.
    
    -La he cocinado especialmente para ti y….. ¿es asquerosa? , ¿así me lo agradeces?... veo que sigues sin aprender modales. Te aseguro que vas a tragar hasta el último trozo, si tengo que meterte el guante hasta la garganta lo haré - Comenzó a reprocharme levantando el tono de voz, había conseguido enfadar a la señora Isabel.
    
    Agarró un trozo más grande de verdura y lo introdujo por completo dentro de mi boca. Cerró mi boca con su guante y pisó mis testículos sobre las pinzas de metal con la suela de su bota alta de lluvia. Sentí un dolor terrible, intenté gritar pero me tapaba la boca con su guante.
    
    -Si no obedeces, por las malas será peor, tú has decidido que sea así – volvió a agarrar otro trozo de verdura y lo introdujo en mi boca, volvió a cerrar mi boca con su mano enguantada y me pisó de nuevo con su bota. No tuve más remedio que tragar y tragar hasta el último pedazo de verdura que había dentro de la cazuela. Terminé de comer toda la cazuela, era la primera vez en toda mi vida que terminaba un plato de aquella verdura. Lloraba de humillación y dolor.
    
    -Suéltame de una vez puta vieja – La recriminé armándome de valor y enfadado por su nuevo castigo. Cometí el mayor error que se puede cometer, volver a insultarla.
    
    La vieja señora Isabel se enfureció y cuando se enfadaba la señora tiembla la tierra que pisa, desaparece el sol y salen rayos por sus ojos Desperté la furia de la vieja señora. Nunca deseéis ver a la señora Isabel enfadada, es mi consejo ...
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