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Mi cuñada, mi mujer y un morboso placer
Fecha: 22/10/2025, Categorías: Incesto Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos
... invitándola comencé a pajearme con la mano enjabonada hasta que mi pija se fue poniendo dura en mi mano… No faltó mucho —mientras yo seguí en la ducha y de espaldas a la puerta— ella se atrevió apoyando esos pezones en mi espalda. Sandra, casi toda desnuda (en bikini y con las sandalias las que no se había quitado) me abrazo por detrás, cuando me ordenó; —Solo quédate quieto y déjame que te lleve—. Volví a cerrar los ojos y me dejé llevar. Sentí que comenzó a besar mi espalda mientras iba descendiendo junto a las aguas que corrían sobre nosotros, sus manos seguían ese descenso con una caricia; apoyé mis manos en el mármol húmedo cuando sentí que sus manos separando mis glúteos le abrían paso a su lengua que comenzaba a puntear mi esfínter. La sensación fue intensa, sentí que mi pija en una erección era tomada por su mano para masturbarme; en un segundo Sandra pasó por debajo de mis piernas —las que separé aún más para que ella de rodillas comenzara a chuparme la pija agresivamente, —ni se te ocurra acabar— me ordenó nuevamente— mientras veía que el agua que caía sobre ella, le iba iluminado esas tetas, las que aún más delataban su calentura en sus pezones. —¿Me ibas a dejar caliente toda la noche Richard o pretendías que me masturbe, puto? —Me quedé en silencio, eché mi cabeza hacia atrás dejando que se mojara mi rostro y embestí mi pija hasta dejarla en lo profundo de su garganta provocándole aquella arcada. Sandra se incorporó, sentí rozar mi glande sobre el ...
... satén de esa tanga mojada; nos comimos la boca con ese fuego de tiempos. —Al fin sos mío— me quedé mirando sus ojos verdes, envolví mis manos con su cabellera rubia y agresivamente nos volvimos a besar confirmando el pecado, en esa imprudente infidelidad de cuñados, mientras yo acaso culpable pensaba en mi mujer. Desnudos, sin dejar que se separaran nuestras bocas, chorreando agua nos tiramos en la cama y comenzamos ese juego de morbosos besos y groseros chuponeos, cuando quedé boca arriba y mi erección mojada fue el deseo en los ojos de Sandra, desde la punta de la cama comenzó a arrastrar sus pezones por mis piernas, hasta que sus labios volvieron a apretar y chupetear mi glande por largo rato, mientras cada vez más me pajeaba fuertemente… —Quiero toda tu leche en mi garganta— No terminó decirlo cuando sentí que a chorros mi pija latía dentro de su boca, mientras que con sus labios me seguía tragándose y saboreando mi erección. Mirándonos a los ojos ella dejó caer sobre mí su saliva mezclada con mi semen. No se había quitado la tanga que todavía goteaba sobre mis piernas, provocando una sensación de sorpresas, ahora era yo quien deseaba desnudarla y comerle esa conchita, la que había deseado tanto cuando me cogía a su hermana, a mi mujer Carina pensando en ella. —¿Me vas a coger? —me sedujo con esa pregunta mirándome a los ojos. —¿Qué otra alternativa tengo? —Tu mujer en este momento también se está cogiendo a su potro. No me dejó decir otra palabra, la miré ...