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A mano cambiada
Fecha: 23/10/2025, Categorías: Bisexuales Autor: Felix69, Fuente: SexoSinTabues30
... leche de burro, lo cual les causó risa. Durante la preparación de los alimentos y en la ingesta de comida, menudeaban los besos, las caricias y las chupadas. Cuando sacamos la vajilla para acomodarla en la mesa, se nos lanzaron a chupar. A mí, Mario, mi amante, me tomó el pecho y se puso a mamar, mientras me apretaba suavemente las tetas a dos manos. Por su parte, Miguel, mi marido, se hincó atrás de Laura, esposa de mi amante y también amante mía, y le lamió las piernas, subiendo hasta llegar a las deliciosas nalgas, mientras le acariciaba el pelambre de la panocha. ¡Era tan delicioso sentir las caricias de los amantes! ¡Al igual, ver la putez que mostraba el marido deleitándose con el cuerpo de otra! En breve tiempo ya teníamos remojando en la vagina a los glandes de los putos. “Sin venirse ahorita, eso lo queremos con el café”, dijo Laura quien ya tenía toda la verga de Miguel entrando y saliendo de su vagina. “Cierto, pondrán algo de leche en nuestro café”. Limpie cada quien la pepa de su esposa, y acomodemos los platos”, dije apartándome de Mario y fui con Miguel para que me limpiara los residuos del calentamiento. Una vez acomodados los trastos y cubiertos en la mesa, llevamos las viandas y nos sentamos a comer, cada quien con su pareja, dando y recibiendo sus caricias. Al terminar de comer, Laura se levantó y fue por las tazas para el café y prendió la cafetera para que se fuera calentando. –Mientras se calienta la cafetera, vamos a ordeñarlos –dijo y tomó ...
... la mano de mi marido para llevarlo a sentar en la sala–. Cada quien le pone a su taza –me ordenó para que la imitara. Les chupamos rico el pene y les agitamos el tronco en movimiento de sube y baja. Debido al calentamiento previo a la comida, y masajes de huevos durante ésta, se vinieron pronto. Lo chusco fue capturar en la taza los chorros que soltaron. Limpiamos la verga con la lengua y nos fuimos a la cocina para preparar el café. Regresamos con las dos tazas espumeando y se notaban pequeños grumos de semen cocido con el vapor. –Yo también quiero café… –reclamó mi marido. –Cada una le va a compartir a su consorte –le dije sentándome a su lado. Entre besos y caricias, cada matrimonio nos tomamos el café con la leche del amante hasta que se acabó. –¿Te gustó el café con la leche de mi burro? –le pregunté a Miguel al dejar la taza vacía en la mesa de centro. –Sí, estaba rica. También me gusta comerme a la amante de tu burro –dijo mi marido. Me dio un beso y me acostó en el sofá montándose sobre mí para penetrarme. –¡Mira ese burro tan caliente, parece que tiene tres patas y con una se coge a la vaca! –exclamó Laura, llamando la atención de su marido– ¡Y eso que lo ordeñé para darle sabor a nuestro café! Mario tomó el último trago al café, dejó la taza en la mesita y sentó a su mujer en el regazo, penetrándola limpiamente, besándole la espalda y lamiéndole el cuello. Laura lanzó un gemido de placer y, sin que se saliera de ella completamente la tranca ...