Consulta Íntima: La Doctora que Me Abrió el Deseo - Relatos Eróticos

Consulta Íntima: La Doctora que Me Abrió el Deseo

... sensibles como si quisieran llorar.

Ella me acariciaba los costados con las yemas de los dedos, dibujando mi silueta despacio, sin dejar de mirarme.

—Estás hermosa así… rendida… —susurró, y me besó la frente.

Yo no podía hablar. Solo asentí, con los ojos entrecerrados. Sentía que todo mi cuerpo estaba despierto, latiendo, como si acabara de nacer.

La doctora se incorporó sin decir palabra. Se acercó a un pequeño lavabo en una esquina del consultorio y tomó una toalla suave. La humedeció con agua tibia, la escurrió despacio, como si lo estuviera haciendo para alguien muy especial.

Volvió junto a mí, desnuda, y se arrodilló entre mis piernas abiertas.

Me rozó con la tela húmeda. Empezó a limpiar mi sexo con lentitud.

—Shhh… déjame cuidar de ti…

Sus movimientos eran suaves, circulares, casi reverentes.

Limpiaba mis jugos mezclados con los suyos. Pasaba la toalla por mis labios íntimos, por el clítoris hinchado, por la parte interna de los muslos.

Yo temblaba. No por frío, sino por la dulzura de ese gesto.

La miraba desde arriba, con los senos cayendo hacia los lados, el cuerpo abierto, vulnerable, mojado.

Ella levantó la toalla, me secó un poco el vientre, luego los senos, y por último, la cara.

—Te ves preciosa así… después del placer.

Sonreí, tímida. Me mordí el labio.

—Doctora… si algún día me siento… así otra vez… ¿puedo venir?

Ella me miró como si acabara de hacerle el regalo más grande del mundo.

Se ...

... acercó, me dio un beso lento, profundo, y me susurró en los labios:

—Puedes llamarme cuando quieras, Daniela. Será un placer… ayudarte.

Me ayudó a levantarme, a vestirme, como si yo fuera algo frágil. Y antes de abrir la puerta, me miró por última vez, con una chispa en los ojos.

—Cuídate ese cuerpo tan delicioso, ¿sí? Lo quiero ver de nuevo… pronto.

Salí del consultorio con las piernas temblando.

Pero con una certeza:

Ya no podía dejar de pensar en ella.

Ni en lo que su lengua me había hecho sentir.

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✍️ Comentario de autora:

Este relato nació de una fantasía que me ha hecho mojar las sábanas más de una vez: esa mezcla de autoridad clínica, cuidado íntimo y deseo entre mujeres. Mientras lo escribía, me detuve varias veces con las manos temblando. No solo por lo que contaba… sino por lo que me hacía sentir.

Confesarlo en primera persona me excita. Exponerme así me hace vibrar.

Si tú también terminaste mojada entre palabras, dímelo. Me calienta saber que no soy la única.

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