1. Mis compañeras de piso liberan a la bestia Cap.2


    Fecha: 25/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: MrWilson, Fuente: TodoRelatos

    ... te he enviado señales confusas...
    
    Sofía dio un paso más cerca. El corazón me martilleaba el pecho. Bajó la mirada. Su voz fue un susurro:
    
    —Lo entiendo. Me alegro por ti, Mikel. De verdad. Pero...
    
    Nos quedamos en silencio. A centímetros. Sus labios eran una provocación constante.
    
    —Debemos de comportarnos como adultos Sofía, solo nos conocemos de un par de días. Creo que podemos ser buenos amigos.
    
    Sofía se quedó en silencio, los ojos brillantes de decepción.
    
    —No me mires así Sofi, sabes que tengo razón. Por favor no me tientes más con tu sonrisa angelical y tu boca de... —Me detuve ahí, ya había dicho demasiado.
    
    El rostro de Sofía se destensó. Aunque estaba claro que no había terminado la conversación como ella quería, sin duda no le desagradaba ser una tentación. De momento...
    
    —Entiendo. Amigos. Lo prometo. —Una sonrisa temblorosa curvó sus labios. —Solo espero que puedas soportar mis sonrisas angelicales —me dijo como una niña burlona.
    
    —Que cabrona... yo no he dicho eso!
    
    Salimos de la cocina como si nada hubiera pasado. Por fuera la bandera de la paz, por dentro yo me sentía en la cuerda floja.
    
    —Lo siento chicas, otro día me uno a la película, que no quiero tener pesadillas —dije medio en broma y salí casi huyendo del salón. Necesitaba una ducha para calmarme.
    
    Bajo el chorro frío de la ducha, intenté que el agua helada aclarara mi cabeza. Pero no podía borrar la imagen de Sofía de mi mente, su sonrisa tentadora, su cuerpo esbelto, esa ...
    ... boca. Acabé masturbándome con rabia, con los dientes apretados, el cuerpo temblando de deseo y culpa.
    
    ---
    
    2AM. Mya esperaba que Elena ya estuviera dormida, pero la encontró leyendo, con las piernas cruzadas bajo una sábana fina y una camiseta ancha que apenas le cubría las bragas. Elena alzó la vista, tranquila, como si ya supiera que ella vendría.
    
    —No podías dormir, ¿eh?
    
    —No. Estoy caliente —dijo Mya, entrando sin pedir permiso—. Y tú tienes la culpa.
    
    —¿Yo?
    
    —Siempre tú.
    
    Elena estaba ligeramente recostada sobre la almohada, el libro apoyado sobre su pecho y de un gesto sacó la sábana. Sus muslos eran suaves, bronceados, con un ligero vello rubio por el sol casi invisible. Llevaba unas braguitas negras tipo culotte como única ropa interior.
    
    Mya se acercó sin hablar, se subió a la cama como un animal nocturno, y Elena dejó el libro a un lado sin apartar la mirada. Mya le acarició el muslo desnudo, lentamente, con la yema de los dedos, desde la rodilla hasta el borde de la braguita. Elena tembló, pero no se apartó.
    
    —Te encanta esto —susurró Mya.
    
    —No digas gilipolleces.
    
    —Entonces dime que pare —dijo, acariciando sobre la tela de sus bragas con suavidad, casi sin tocar. Lo sintió caliente, húmedo, receptivo.
    
    Elena entrecerró los ojos y no dijo nada. Mya se inclinó hacia ella y le besó el cuello, justo donde la piel es más fina. Elena suspiró. Mya bajó por su clavícula succionando levemente por el camino. Le levantó la camiseta y unos hermosos pechos ...
«1...345...11»